21 abril 2022

Moniciones y Lecturas para el Domingo 24 de Abril del 2022- II Domingo de Pascua – Ciclo C

 

MONICIÓN DE ENTRADA

Una vez más sean todos ustedes bienvenidos, hermanos y amigos. La ternura del Padre, la amistad del Señor Jesús y la alegría del Espíritu Santo inunden por completo nuestros corazones. 

Estamos en el Segundo Domingo de Pascua. La Liturgia de la Palabra de hoy insiste en declarar: JESÚS HA RESUCITADO, CRISTO VIVE. Hoy Jesús nos trae su paz, su Espíritu, su perdón y esta bienaventuranza: “Dichosos los que creen sin haber visto”. La Resurrección es un acontecimiento de fe. Creer en Cristo Resucitado no es verlo ni palparlo, sino fiarse de los testigos

Seguros de que Cristo vive y está presente aquí y ahora en medio de nosotros, pongámonos de pie y celebremos con júbilo esta Eucaristía. 

MONICIÓN PRIMERA LECTURA (Hechos 5,12-16)

Sólo quien está convencido de la Resurrección de Jesús puede vivir en fraternidad y realizar grandes milagros. Escuchemos las maravillas que están obrando los apóstoles, los que creyeron…

Primera Lectura Hechos de los Apóstoles 5,12-16.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles.

Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.

Los fieles se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente hablaba muy bien de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor.

La gente sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que al pasar Pedro, su sombra por lo menos cayera sobre alguno.

Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén llevando enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos se curaban.

Palabra del Señor

SALMO RESPONSORIAL Sal 117 

Den gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia. 

Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. La piedra que desecharon los arquitectos,
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.


Señor, danos la salvación,
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
los bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.

MONICIÓN SEGUNDA LECTURA  (Apocalipsis 1,9-11.12-13.17-19)

Juan es categórico: la llave de la historia es Cristo Resucitado, Cristo vivo y activo para siempre. Escuchemos con atención…

Segunda Lectura Apocalipsis 1,9-11a. 12-13. 17-19

Lectura del libro del Apocalipsis

Yo, Juan, su hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la esperanza en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús.

Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente como una trompeta, que decía: Lo que veas escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete iglesias de Asia. Me volví a ver quién me hablaba y, al volverme, vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas una figura humana, vestida de larga túnica con un cinturón de oro a la altura del pecho. Al verla, caí a sus pies como muerto. El puso la mano derecha sobre mí y dijo:

-No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto, y ya ves, vivo por los siglos de los siglos; y tengo las llaves de la Muerte y del Infierno. Escribe, pues, lo que veas: lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde.

Palabra de Dios

MONICIÓN EVANGELIO  (Juan 20,19-31)

Consternación en la Iglesia naciente: uno de los Doce, un Apóstol no cree. “¿Que Jesús resucitó? Si no lo veo, si no lo toco no creeré”. Abramos los oídos, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para presenciar esta maravillosa escena.

Evangelio San Juan 20,19-31.

+ Proclamación del santo Evangelio según San Juan 

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

-La paz esté con ustedes.

Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

– La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo.

Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

– Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos.

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:

– Hemos visto al Señor.

Pero él les contestó:

– Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:

– La paz esté con ustedes.

Luego dijo a Tomás:

– Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 

Contestó Tomás:

– ¡Señor mío y Dios mío!

Jesús le dijo:

– ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su Nombre.

Palabra del Señor

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