MONICIÓN DE ENTRADA
Sed todos bienvenidos a esta Eucaristía del Domingo Primero de Cuaresma. El pasado miércoles, el Miércoles de Ceniza, comenzaba la Cuaresma, que es un tiempo de amor y de conversión. La Palabra de Dios nos muestra --hoy y siempre-- su fuerza para hablarnos de reconciliación. Dios sabe que el hombre seguirá destruyendo la naturaleza, tratando de dominar a los demás; pero Él, frente a este proceder, nos da su bondad, su misericordia y su paciencia infinita. La cuaresma es tiempo de conversión, de vuelta a Dios, de crecer, día a día, en el amor a los hermanos… Empecemos, pues, sobre esa estela del amor de Dios, que nos llevará a vivir los misterios más grandes de nuestra fe, como son la Muerte en Cruz de Nuestro Señor Jesús y su Resurrección gloriosa.
MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
1.- La primera lectura –del Libro de Deuteronomio-- nos muestra cómo el hombre, en los momentos cruciales de su historia, siempre busca a Dios. Y es un testimonio claro para decirnos que Dios siempre estuvo a su lado, en medio de las dificultades, para liberarlos y protegerlos.
S.- Este salmo 91 es, precisamente, el que cita el demonio, en la tentación a Jesús en el desierto. Y lo sutil del tentador está en el Salmo 91 era el himno triunfal de los judíos a la confianza en el Señor. Formaba parte de las oraciones personales. Y por eso el Diablo intenta confundir al Señor invocando la confianza en Dios. Para nosotros nos puede servir también de oración personal invocando la confianza del Señor para que nos libre de las tentaciones.
2.- San Pablo, en la segunda lectura que procede de la Carta a los Romanos nos dice que la fe es esencial en nuestra vida, para recordarnos que el Señor es el único Señor, y Él nunca nos defraudará.
3.- El fragmento evangélico de hoy es de San Lucas y nos narra las tentaciones de Cristo en el desierto. Confirma este evangelio que las pruebas y tentaciones formarán siempre parte de nuestra vida; pero, si vivimos junto a Cristo, seremos capaces de vencerlas y saldremos liberados de ellas. Cristo supo vencer al Tentador. Y nosotros, junto con Jesús, también sacaremos el pecado de nuestra vida.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Estemos muy atentos a esta especial oración de Javier Leoz, preparada para este primer domingo de Cuaresma. Escuchemos:
QUISIERA CONVERTIRME, SEÑOR, EN ESTA CUARESMA
Ayúdame, Señor, a buscarte en el silencio
Ayúdame, Señor, a descubrirte en el necesitado
Ayúdame, Señor, a contemplarte en las maravillas del mundo
Ayúdame, Señor, a no perderme en las excusas de cada día
en los senderos fáciles y de bajo precio.
Sólo Tú, Señor, tienes palabras de Vida Eterna
Sólo Tú, Señor, eres capaz de darme fuerzas
para vencer y salir victorioso de la tentación de cada jornada
Que en este Año Santo de la Fe
Tú, Señor, sólo Tú….venzas en el desierto de mi vida.
Amén
Exhortación de despedida
Jesús ha vencido a la tentación. Y nosotros a lo largo de esta cuaresma debemos aprender a hacer lo mismo. Hay muchas tentaciones en nuestra vida de hoy dominada por la crisis económica. Y la más grande es la insolidaridad… dejar de ayudar a nuestros hermanos más necesitados justificando esa carencia por nuestras propias dificultades.
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