08 marzo 2022

DOMINGO SEGUNDO DE CUARESMA de Pedro Heredia Martínez

 “Nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague” (Papa Francisco).

1.- El gran mensaje que nos dan las lecturas bíblicas de este domingo es un mensaje lleno de esperanza:
- Lo último para Abrahán, como nos dice la primera lectura, no fue la cruz de verse sólo y sin hijos, sino la esperanza de la promesa:
“Tu descendencia será como las estrells del cielo” (Gen.15,5).
- Abrahán creyó contra toda esperanza, como nos dice San Pablo (Rom.4,18) y, por su esperanza, se hizo realidad aquello por lo que luchó.
- Lo último para Jesús tampoco va a ser la cruz, sino el encuentro definitivo con el Padre en quien siempre creyó y, por eso, era consciente de que “a los tres días resucitaría” (Mc.8,31; 9,31; 10,34).
- Y así fue, como lo adelanta el pasaje que nos
narra el evangelio de hoy sobre “la transfiguración de Jesús” (Lc.9,28-36). La escena de la transfiguración es un anticipo de la resurrección.
+ Jesús iba a tomar el camino a Jerusalén y allí lo que le esperaba, era la cruz.
Pero la cruz no va a ser lo último para Jesús y así tienen que saberlo sus discípulos.
Si lo último para Jesús hubiera sido la cruz, si Cristo no hubiera resucitado, “vana sería nuestra fe”, como nos dice San Pablo (ICort.15,17).

2.- El evangelio de hoy es, pues, un grito a favor de la esperanza en la VIDA con mayúscula.
Como decía el escritor argentino JULIO CORTÁZAR:
“La esperanza pertenece a la vida, es la misma vida defendiéndose.”
- Lo nuestro, lo definitivo para nosotros, no es la cruz ni la muerte, es LA VIDA, como lo fue para Jesús: “Dios le resucitó”, como lo confesaría después Pedro (Hech.2,24).
- Contemplar a Cristo transfigurado es tomar conciencia de que, a pesar de las cruces por las que pasamos, no podemos perder la esperanza:
Lo nuestro, como lo fue para Jesús, será el encuentro con el Padre común en su gloria (Lc.9,29-31).
- Lo último para el cristiano no es esta tierra problemática con sus cruces y con sus sombras, sino la esperanza que hace realidad, como nos dice San Pablo, que Jesucristo
“transformará nuestro pobre cuerpo a imagen de su cuerpo glorioso” (Filip.3,31).
- El mensaje de la transfiguración es un mensaje de ESPERANZA para todos nosotros:
+ La esperanza es la fuerza que nos anima a seguir luchando contra toda cruz que se nos hace presente en nosotros o en los demás.
+ Pedro en el monte Tabor pretendía evadirse de la realidad de la cruz.
Por eso, cuando le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bueno es quedarnos aquí!”, San Lucas narra que Pedro “no sabía lo que decía” (Lc.9,33).
+ La esperanza es esa fuerza que no nos deja tranquilos en nuestro sillón, ni ciegos ni insensibles ante las cruces reales de la vida.
+ LA ESPERANZA ES ESA FUERZA QUE NOS EMPUJA A LUCHAR CONTRA TODAS ESAS CRISIS QUE NOS IMPIDEN CONSEGUIR CUANTO SOÑAMOS PARA PODER GOZAR DE UNA VIDA MÁS FELIZ PARA NOSOTROS MISMOS Y PARA LOS DEMÁS.
Por eso, nos decía el escritor romano SÉNECA:
“Los deseos de nuestra vida forman una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas.”

3.- Es verdad, son muchas las cruces y muchos los problemas que se nos presentan en la vida; PERO, POR ESO MISMO, MAYOR TIENE QUE SER NUESTRA ESPERANZA.
Como decía el PAPA FRANCISCO a los jóvenes en Río de Janeiro:
“Nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague.”
- En medio de todas estas crisis y problemas que se nos presentan en la vida, nunca jamás podemos tirar la toalla creyendo que no es posible ya la ESPERANZA.
- Ser cristiano es “CONFIAR” en la vida humana y en su capacidad para salir de ese callejón que parece que no tiene salida, como dice ALEXIS VALDÉS:
“Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.”

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