“Nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague” (Papa Francisco).
1.- El gran mensaje que nos dan las lecturas bíblicas de este domingo es un mensaje lleno de esperanza:
- Lo último para Abrahán, como nos dice la primera lectura, no fue la cruz de verse sólo y sin hijos, sino la esperanza de la promesa:
“Tu descendencia será como las estrells del cielo” (Gen.15,5).
- Abrahán creyó contra toda esperanza, como nos dice San Pablo (Rom.4,18) y, por su esperanza, se hizo realidad aquello por lo que luchó.
- Lo último para Jesús tampoco va a ser la cruz, sino el encuentro definitivo con el Padre en quien siempre creyó y, por eso, era consciente de que “a los tres días resucitaría” (Mc.8,31; 9,31; 10,34).
- Y así fue, como lo adelanta el pasaje que nos
narra el evangelio de hoy sobre “la transfiguración de Jesús” (Lc.9,28-36). La escena de la transfiguración es un anticipo de la resurrección.
+ Jesús iba a tomar el camino a Jerusalén y allí lo que le esperaba, era la cruz.
Pero la cruz no va a ser lo último para Jesús y así tienen que saberlo sus discípulos.
2.- El evangelio de hoy es, pues, un grito a favor de la esperanza en la VIDA con mayúscula.
Como decía el escritor argentino JULIO CORTÁZAR:
“La esperanza pertenece a la vida, es la misma vida defendiéndose.”
- Lo nuestro, lo definitivo para nosotros, no es la cruz ni la muerte, es LA VIDA, como lo fue para Jesús: “Dios le resucitó”, como lo confesaría después Pedro (Hech.2,24).
- Contemplar a Cristo transfigurado es tomar conciencia de que, a pesar de las cruces por las que pasamos, no podemos perder la esperanza:
Lo nuestro, como lo fue para Jesús, será el encuentro con el Padre común en su gloria (Lc.9,29-31).
- Lo último para el cristiano no es esta tierra problemática con sus cruces y con sus sombras, sino la esperanza que hace realidad, como nos dice San Pablo, que Jesucristo
“transformará nuestro pobre cuerpo a imagen de su cuerpo glorioso” (Filip.3,31).
- El mensaje de la transfiguración es un mensaje de ESPERANZA para todos nosotros:
+ La esperanza es la fuerza que nos anima a seguir luchando contra toda cruz que se nos hace presente en nosotros o en los demás.
+ Pedro en el monte Tabor pretendía evadirse de la realidad de la cruz.
Por eso, cuando le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bueno es quedarnos aquí!”, San Lucas narra que Pedro “no sabía lo que decía” (Lc.9,33).
+ La esperanza es esa fuerza que no nos deja tranquilos en nuestro sillón, ni ciegos ni insensibles ante las cruces reales de la vida.
+ LA ESPERANZA ES ESA FUERZA QUE NOS EMPUJA A LUCHAR CONTRA TODAS ESAS CRISIS QUE NOS IMPIDEN CONSEGUIR CUANTO SOÑAMOS PARA PODER GOZAR DE UNA VIDA MÁS FELIZ PARA NOSOTROS MISMOS Y PARA LOS DEMÁS.
Por eso, nos decía el escritor romano SÉNECA:
“Los deseos de nuestra vida forman una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas.”
3.- Es verdad, son muchas las cruces y muchos los problemas que se nos presentan en la vida; PERO, POR ESO MISMO, MAYOR TIENE QUE SER NUESTRA ESPERANZA.
Como decía el PAPA FRANCISCO a los jóvenes en Río de Janeiro:
“Nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague.”
- En medio de todas estas crisis y problemas que se nos presentan en la vida, nunca jamás podemos tirar la toalla creyendo que no es posible ya la ESPERANZA.
- Ser cristiano es “CONFIAR” en la vida humana y en su capacidad para salir de ese callejón que parece que no tiene salida, como dice ALEXIS VALDÉS:
“Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.”
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