Monición de entrada
Color verde / IV Semana del Salterio
Queridos hermanos, sean bienvenidos a la casa de Dios para celebrar juntos la Santa Misa dominical.
En el IV domingo del Tiempo Ordinario, la Palabra de Dios nos sigue instruyendo y hoy nos trae un mensaje universal de salvación. Dios envía mensajeros a «todas las naciones» y ese mensaje llega hoy a nosotros.
Dispuestos a escuchar la voz de Dios, comencemos esta celebración cantando juntos. De pie.
Moniciones a las lecturas
Opción 1: Monición única para todas las lecturas
Una cosa une a los protagonistas de las lecturas de este domingo: Jeremías y Jesús aparecen como profetas rechazados. Jeremías es nombrado por el Señor profeta de las naciones, y su anuncio será mal recibido por las clases dirigentes del pueblo. Jesús presenta su misión para todos comparándose con Elías y Eliseo, dos grandes profetas de la tradición judía, consciente de que no es bien acogido por los suyos. Atentos escuchemos cada lectura.
Opción 2: Moniciones para cada lectura
Primera lectura (Jeremías 1, 4-5. 17-19)
Escuchemos el relato de la elección de Jeremías, para para constituirlo en voz profética que clamara contra la corrupción de su tiempo, la pérdida de la fe y las alianzas políticas inútiles y contraproducentes que sus gobernantes buscaban, y que en definitiva les llevaron al destierro.
Salmo responsorial (Salmo 70)
El salmo 70 subraya el tono de confianza del profeta, que no se fía de sus fuerzas, sino de la ayuda de Dios. Nosotros manifestamos nuestra confianza en Dios diciendo:
Segunda lectura (Corintios 12, 31—13, 13)
Con su himno a amor, San Pablo en su carta a los Corintios continúa hablándonos de los carismas, estableciendo ahora una jerarquía para que aspiremos nosotros a lo más importante.
Evangelio (Lucas 4, 21-30)
Hoy seguimos leyendo en el evangelio la escena que empezamos el domingo pasado, con la primera «homilía» de Jesús en la sinagoga de su pueblo: ahora con unas reacciones no tan favorables al contenido de la misma.
Oración de los fieles
- Por el papa, obispos, sacerdotes y todos los comprometidos en la evangelización, para que sigan llevando ese mensaje a todos los pueblos. Oremos.
- Por las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, para que sigan surgiendo en el seno de nuestras familias. Oremos
- Para que la Palabra de Dios instruya a nuestros gobernantes y ejerzan su gobierno según los designios de Dios. Oremos.
- Por los que sufren en el mundo, especialmente los que tienen que migrar a otros países en busca de un mejor destino. Oremos.
- Por esta comunidad reunida hoy en la casa de Dios, para que la palabra escuchada nos lleve a convertirnos en mensajeros de Dios. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Estos dones, que serán luego el Cuerpo y la Sangre de Cristo, los llevamos al altar con nuestra vida, nuestro esfuerzo cotidiano y el compromiso de abrir entre nosotros un camino para el anuncio del Evangelio. Cantemos.
Comunión
Participemos ahora del banquete de la Nueva y Eterna Alianza, que nos fortalece para ser profetas y testigos de la Palabra de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario