“Enderezar los posibles caminos torcidos” (Mc.1,3).
1.- La vida es un constante caminar y “sólo se hace camino al andar” como decía el poeta Machado. Los caminos no están hechos; cada uno construye su propio camino. Lo malo es, cuando tomamos caminos equivocados, torcidos, erróneos. Entonces la vida deja de ser vida y empieza a maltratarse o maltratar a los demás. De ahí que digamos muchas veces: “esto no marcha por buen camino”. Por ejemplo:
- Cuando vemos que cada vez crece más el hambre y la miseria en un país, decimos: este país no marcha bien.
- Cuando la inseguridad y la delincuencia no hacen vivir en paz a los ciudadanos, decimos: este país no marcha bien.
- Cuando los políticos del gobierno o de la oposición, en vez de darnos ejemplo de respeto a los demás, lo que nos enseñan, es a tratarnos con violencia y falta de respeto porque el otro no es como yo, decimos: este país no marcha bien.
- Cuando entre los miembros de la misma familia no hay el más mínimo respeto, decimos: esta familia no marcha bien.
- Cuando, tanto los padres como los hijos, abandonan las responsabilidades del hogar, decimos: esta familia no marcha bien.
- Cuando en el hogar no existe el más mínimo calor de amor, de comprensión, de solidaridad y fidelidad, decimos: este hogar no marcha bien.
- Cuando la Iglesia se confunde con un partido político más o con los poderes de este mundo, decimos: la iglesia no marcha bien.
- Cuando la Iglesia abandona su misión principal que es dar la Buena Noticia a todos los hombres y pierde su condición de ser servidora de la humanidad, decimos: la Iglesia no marcha bien.
- Cuando por no perder posiciones y privilegios la Iglesia calla o encadena la Palabra, decimos: esta Iglesia no marcha bien.
- Cuando una persona anda con malas compañías o se ha metido en el oscuro mundo de la droga, decimos: esta persona no va por buen camino.
- Cuando una persona vive en medio de la inmoralidad y la corrupción y no cuida de su vida o familia, decimos; esa persona no anda por buenos caminos.
HAY CAMINOS QUE TOMAMOS EN LA VIDA QUE SON TORCIDOS Y, DESDE LUEGO, NO NOS HACEN NINGÚN BIEN. TODOS TENEMOS EXPERIENCIAS SOBRE ELLO.
2.- Estamos próximos a la gran fiesta de la Navidad: una nueva oportunidad para encontrarnos con Cristo, el verdadero “camino” de la vida (Jn.14,6). Quien le sigue, nunca se equivoca; por eso, tanto el profeta Isaías, en la primera lectura, como Marcos, en el evangelio, nos invitan a “enderezar los posibles caminos torcidos” (Is.40,33-44; Mc.1,3) que nos conducen a la muerte y no a la vida (Prov.14,12; 16,25), los caminos que toma la gente insensata (Prov.19,3).
Cada uno tenemos muchos caminos que enderezar. CORREGIR ES DE SABIOS.
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