Liturgia del Domingo XXXI de Tiempo Ordinario

 Misal: Antífonas y oraciones propias. Gloria, Credo. Prefacio dominical.

Leccionario: Vol. I (B)

• Dt 6, 2-6. Escucha Israel: Amarás al Señor con todo tu corazón.
• Sal 17. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
• Heb 7, 23-28. Como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa.
• Mc 12, 28b-34. Amarás al Señor, tu Dios. Amarás a tu prójimo.

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Antífona de entrada          Sal 37, 22-23
No me abandones, Señor, Dios mío, no te quedes lejos; ven a prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvación.

Monición de entrada
Como cada domingo, el Señor Jesús, que nos ha amado hasta el extremo, nos ha convocado para celebrar la Eucaristía, sacramento de su amor, memorial de su muerte y resurrección.

Acto penitencial
Pero como no siempre cumplimos bien el mandamiento de amar a Dios y a los hermanos, comenzamos la celebración de los sagrados misterios pidiendo con humildad perdón por nuestros pecados.

• Tú, que eres la imagen viva de Dios amor. Señor, ten piedad.

• Tú, que nos has amado hasta el extremo. Cristo, ten piedad.

• Tú, que entregaste tu vida por nosotros, tus amigos. Señor, ten piedad.

Gloria

Oración colecta
DIOS de poder y misericordia,
de quien procede el que tus fieles
te sirvan digna y meritoriamente,
concédenos avanzar sin obstáculos
hacia los bienes que nos prometes.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Credo
Confesemos ahora, movidos por el Espíritu Santo, la fe que une a todos los bautizados como hijos del Dios de Jesucristo.

Oración de los fieles
Dirijamos ahora nuestras plegarias a Dios Padre, pidiéndole que conceda a su pueblo la conversión de nuestras vidas y nos enseñe a amarle con todo el corazón amando a nuestros prójimos como a nosotros mismos.

1.- Por la Iglesia; para que en cada una de sus instituciones y fieles sea testimonio de amor. Roguemos al Señor.

2.- Por los sacerdotes de nuestra diócesis, que dedican su tiempo al servicio de los demás; para que nunca les falte el apoyo y estímulo que necesitan, y surjan nuevas vocaciones. Roguemos al Señor.

3.- Por los pueblos de la tierra; para que desaparezcan los odios, rencores y venganzas que dividen a los hombres. Roguemos al Señor.

4.- Por nuestros difuntos; para que Cristo, que puede salvar definitivamente, les conceda contemplar su rostro y el reposo de su Reino. Roguemos al Señor.

5.- Por nosotros; para que amemos a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y ser, y al prójimo como a nosotros mismos. Roguemos al Señor.

Oh Dios, tú eres el único Señor y no hay Dios fuera de ti; atiende nuestras plegarias y concédenos la gracia de escuchar, para que los corazones, mentes y sentidos se abran a la única palabra que salva, que es el Evangelio de tu Hijo, nuestro sumo y eterno Sacerdote. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
QUE este sacrificio, Señor,
sea para ti una ofrenda pura
y, para nosotros, una efusión santa de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión          Cf. Sal 15, 11
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
O bien:          Jn 6, 58
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí, dice el Señor.

Oración después de la comunión
TE pedimos, Señor,
que aumente en nosotros la acción de tu poder,
para que, alimentados con estos sacramentos del cielo,
nos preparemos, por tu gracia, a recibir tus promesas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Bendición solemne
Dios todopoderoso aleje de vosotros toda adversidad,
y os conceda la abundancia de sus bendiciones.
R./ Amén.

Que Él os de un corazón tan dócil a su palabra,
que encuentre su gozo en los dones eternos.
R./ Amén.

Así, siguiendo el camino del bien,
avancéis por la senda de los mandatos divinos
y lleguéis a ser coherederos del reino de los santos.
R./ Amén.