5 nov. DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO
Mt 25, 14-30. Se acercó el hombre que había recibido cinco bolsas de oro, le presentó otras cinco diciendo: Señor: Me diste cinco bolsas de oro y he ganado otras cinco.
Esta parábola invita a la diligencia y la fidelidad mientras se consuma el tiempo del Reino de Dios, pudiéndose afirmar que el punto de tensión de la parábola está en la escena de la rendición de cuentas a su señor.
Jesús denuncia la inconsecuencia de los que reviven el mensaje del reino y luego pretenden refugiarse en una seguridad estéril.
Sus discípulos tenemos que hacer fructificar los bienes del reino durante el tiempo que se nos ha concedido, lo que, para Mateo, es el tiempo de la Iglesia.
Quienes no hacen fructificar los bienes recibidos, aunque sea bajo el pretexto de colocarlos en un lugar se seguro, terminarán por perderlo todo.
Y de la misma manera, la comunidad eclesial debe estar alerta y vigilante para no caer en la comodidad y la rutina, y para preocuparse, no únicamente de incrementar los propios valores personales, sino también ayudando a los demás a conseguirlo.
Como decía el Ucraniano Rabí Baal Shem Tov (1688-1760): “El yo del hombre está en constante movimiento, y el mío sigue a los grandes para subir y atraer a los pequeños para elevarlos”.
Henry van Dayke (1852-1933) dice: “Utiliza en la vida los talentos que poseas: el bosque estaría muy silencioso si solo cantasen los pájaros que mejor cantan”.
De mi libro Poemas del viento:
CON MOCHILA A LAS ESPALDAS
La felicidad no es un destino,
es la actitud con que se viaja por la vida.
Y cuando yo entendí que era cierto,
me fui a viajar con ella por todos los caminos,
para ver cómo era.
Me crucé con el Dalái Lama,
y le pregunté por ella,
quien si detenerse me dijo:
“El propósito de nuestras vidas es ser felices”.
Como llevaba prisa por encontrarla,
se continuó buscándola.
Era una invitación muy claramente
a aprender a cultivar mis talentos,
ya que ella es la mejor brújula de la conciencia,
que nos invita a crecer constantemente
¿No es este acaso el camino
que Jesús pedía que recorriéramos?
Vicente Martínez
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