¿Quién velará en la noche oh centinela?
¿Quién mantendrá a diario
la lámpara encendida?
¿Quién será portero
de puerta abierta?
Si sombras miedosas
cubren la tierra,
se despiden a los obreros
de sus empresas,
y si los agricultores dejan
sus tierras desiertas.
Si los gobernantes gritan
fofas promesas,
si los curas nos predican
frases bacías,
en tanto que los bancos
Nadie da nada hecho,
pero Dios grita:
“Quien quiera otro futuro.
¡Manos a la tarea!”
Que largo es el camino,
muy larga la espera.
El mundo: esa casita
que Dios nos deja.
Las gentes que lo habitan:
su hacienda.
Jesús y nosotros haciendo
nuestra Tierra.
Una Tierra nueva,
de cruces hecha:
de cruces y amaneceres
que la hacen fresca;
de brazos que se sumergen
en hondos abrazos.
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