08 agosto 2020

Para fijarnos en el evangelio del Domingo XIX de Tiempo Ordinario

 EVANGELIO DEL DÍA: Jn 6,16-21: Soy yo, no temáis. | Cursillos de ...

• La tradición bíblica atribuía a Dios cualidades que el evangelista Mateo atribuye a Jesús. En la escena anterior a ésta, la de la multiplicación de los panes y de los peces (Mt 14,13- 21), lo veíamos en el hecho de alimentar al pueblo: Jesús hace lo que Dios había hecho en pleno desierto (Ex 16).

• En esta escena de hoy la intención del evangelista es dar respuesta a las preguntas que se hace la comunidad y que Mateo había recogido en la escena del rechazo al final del capítulo 13: ¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso? (Mt 13,54- 56). Mateo responde teniendo en cuenta lo que la gente conoce del Antiguo Testamento y mostrando cómo Jesús lo actualiza. Unos ejemplos:

* En el Antiguo Testamento es Dios quien tiene el poder de caminar sobre las aguas. Y caminar sobre un lugar es lo mismo que dominar aquel lugar, ser su amo (Am 4,13). Lo encontramos en el salmo 77 [76], 20: Tu camino discurría por el mar, por aguas caudalosas tu sendero, y nadie descubría tus huellas; en Jb 9,8: Él solo despliega los cielos y camina sobre la espalda del mar, en Jb 38,16: ¿Has entrado por los hontanares del mar o paseado por la hondura del océano?-, o, en Is 43,16: El Señor abrió camino en el mar y senda en las aguas impetuosas. En todo esto resuenan los pasajes de la Liberación-Pascua (Ex 14,15ss) y de la Creación (Gn 1,9).

-> Ahora es Jesús quien camina sobre el agua (25), ejerciendo aquel poder que es propio de Dios. Nos lleva a pensar en el final del mismo Evangelio de Mt: Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra (Mt 28,18).

* En el Antiguo Testamento Dios se manifiesta revelando su nombre (Ex 3,14).

-> Aquí encontramos que Jesús se presenta a los discípulos con la expresión que evoca aquella revelación del nombre de Dios: “yo soy” (27).

* La invocación “Señor”, en el Antiguo Tes- tamento era reservada a Dios.

-> Mateo insiste en que Jesús es el “Señor” (28.30). Habla de él como el “Señor” que se ha de manifestar en el fin de los tiempos (Mt 21,3; 25,11.20.22.24.37.44;24,42), pero afirmando también que se manifiesta aquí y ahora, ya que es invocado por los discípulos, es decir, por la Iglesia (Mt 7,21 ;8,25). Y su poder se manifiesta sobre todo en las curaciones (Mt 8,26;9,28;15,22;17,15;20,30).

* Extender la mano: en los salmos encontramos que Dios tiende la mano para salvar a los necesitados: Lanzó su mano de lo alto y me agarró para sacarme de las aguas caudalosas (Sal 18[17],17); Extiende tus manos desde lo alto, líbrame de las aguas caudalosas (Sal 144[143],7). La misma idea la encontramos en Sal 32[31],6.

-> Aquí encontramos que Jesús extiende la mano a Pedro (31).

• El texto tiene algunos simbolismos, como el mar y la barca. El mar (aquí no mencionado con este nombre) es la designación habitual del lago de Galilea y en pasajes como el de Mt 8,23-27 (o Mc 4,35-41) el mar es considerado como el lugar donde residen las fuerzas maléficas y Jesús es presentado actuando como un exorcista (tan sólo Dios es capaz de dominarlo). La barca (24) ha sido vista a menudo como un símbolo de la Iglesia.

• El hecho de que Jesús disperse a los discípulos y la multitud (22-23) parece indicar que no quiere que nadie quede condicionado a los aspectos maravillosos de la multiplicación de panes y peces. Y nos hace dar cuenta de que la misa, en la que también Jesús nos alimenta con el pan de vida, acaba con la dispersión: no se nos permite, por así decirlo, quedar “pegados” al encuentro, a la celebración… sino que se nos envía, Jesús nos pone en medio del mundo (el mar), donde Él ya está (25-27), para “caminar” juntos con Él (28-29): si queremos, podemos: “ven” (29).

• Con Jesús en “la barca” -la Iglesia- “amainó el viento” (32). Su presencia trae el “coraje”, aleja “el miedo” (27). Jesús está presente en la Iglesia misionera. La Iglesia es misionera cuando avanza en medio del mundo a pesar de las dificultades. La presencia de Jesús viene afirmada por el mismo evangelio de Mateo: Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28,20).

• La invocación “Señor, sálvame” (32) es propia del creyente en Jesucristo. Y Cristo es el único que puede dar respuesta. Él es el Salvador (Mt 1,21). Pedro representa a todos los que respondemos a Jesús que nos invita (29) a seguirle, a hacer como él. Nos representa en el atrevimiento (28), en la duda y en el miedo (30), en la confesión de fe, la propia (30) y la de la Iglesia (33).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario