27 diciembre 2019

LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET

Por Pedrojosé Ynaraja
1.- Una de las características de nuestro tiempo, pequeña lo es ciertamente, es la continua variación del sentido que se da a algunas frases, su abreviación o su total deformación. Os habréis dado cuenta, mis queridos jóvenes lectores, de que algo de esto ocurre con la locución familia. Oye uno hablar de “la familia tradicional” y se pregunta qué significado tiene o desde cuando existe tal tradición. Si queremos tener ideas un poco claras al respecto, debemos decir “familia Cristiana” y si nos pregunta el significado, responder con tino: es la que en su devenir, quiere imitar a la “Sagrada Familia de Nazaret”
2.- Cuando el Papa Pablo VI peregrino a Tierra Santa, pese a que el recinto antiguo estaba derruido y no se levantaba la preciosa basílica que hoy contemplamos, junto a lo que seguramente fue ámbito doméstico de Jesús, José y María. O por lo menos mansión de algunos parientes próximos, allí repleto de recuerdos y emocionado pronunció una bella homilía que no os la transcribo porque otros años ya la he incluido. La podréis encontrar en el Oficio litúrgico de Lectura de este mismo día, que clérigos y muchos seglares con seguridad poseerán. No os la perdáis

3.- Yo que he renunciado al matrimonio para que con mi servicio en la Iglesia sea ayuda para las familias, cuando he tenido la suerte, muy pocos la hemos tenido, de visitar y celebrar la misa en el mismo ámbito que la Sagrada Familia, una o muchas veces, nadie lo sabe, estuvo guardando o protegiendo sus alimentos, fuera grano de cereal o aceite u otros víveres, del peligro del hurto o de los ratones, me ha emocionado y he recordado el buen ejemplo que me dieron los míos, mis padres y hermanos, y he rezado muy sinceramente por las familias conocidas, fieles o alejadas de la Fe.
3.-La Familia Cristiana no solo trata de imitar el ejemplo de la que hoy celebramos, sino que de ella recibe ayuda. La Familia Cristiana no está sola, cuando con ella se siente unida y la invoca. Si el Padre Eterno no ahorró sufrimientos históricos a su Hijo Unigénito, llegando hasta la muerte en cruz, durante el trascurso de su vida tampoco le evitó dificultades y sufrimientos. Ya desde su infancia Él y los suyos sufrieron penas, pero nunca se desorientaron, ni erraron.
No hace falta, mis queridos jóvenes lectores, que os detalle los hechos que el texto evangélico de la misa de hoy describe.

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