06 diciembre 2019

Comentario Domingo II de Adviento – Inmaculada Concepción de María

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Oración preparatoria
Señor Jesús, en este tiempo de adviento, haznos comprender la palabra de esperanza de tus profetas de Israel, anunciando un “cielo nuevo y una tierra nueva”, y la palabra de Jesús de Nazaret. Concédenos crecer en una esperanza consistente y activa. Concédenos vivir una esperanza resistente a todo pesimismo y desánimo, fuerte para trabajar por una sociedad más justa según el corazón de Dios Padre. AMEN.
 Lc 1, 26-38
«26Pero en el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de 27Galilea llamada Nazaret, a una doncella desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la doncella [era] María.
28Y, entrando donde ella, dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. 29Pero ella, ante esta palabra, se turbó y se preguntaba qué podía ser este saludo.
30Y el ángel le dijo: “No tengas miedo, María, porque has encontrado gracia ante Dios. 31Y he aquí que vas a quedar encinta y darás a luz un hijo y le llamarás de nombre Jesús. 32Este será grande y será llamado hijo del Altísimo y le dará el Señor Dios el trono de David su padre; 33y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reinado no tendrá fin”.
34Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?”.
35Y, respondiendo, el ángel le dijo: “El Espíritu santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que va a nacer será llamado santo, Hijo de Dios. 36Y he aquí que Isabel, tu pariente, también ha concebido un hijo en su vejez y está en el sexto mes la llamada estéril; 37porque para Dios nada es imposible”.
38Pero dijo María: “He aquí la esclava del Señor. Que suceda según tu palabra”. Y el ángel se fue de ella».
¡PALABRA DEL SEÑOR!

CONTEXTO
La primera indicación textual del evangelio de hoy, “en el mes sexto” del v. 26, lo vincula estrechamente con el texto anterior: el anuncio del ángel a Zacarías, padre de Juan, se ve cumplido, ya que Isabel está “en el sexto mes” del embarazo, v. 36. Mientras Juan es anunciado a su padre, en un esquema paralelo pero con diferencias interesantes, Jesús es anunciado a su madre. A nuestro texto sigue el episodio de la visita de María a Isabel, de la que conoce su estado de buena esperanza (cf. 1,39-56). Después de la anunciación de Juan y de Jesús, el evangelio lucano nos volverá a narrar en paralelo también sus respectivos nacimientos: primero, el de Juan, el Precursor (cf. 1,57ss); luego el de Jesús (cf. 2,1ss). La etapa decisiva de la Historia de la Salvación se pone en marcha.

TEXTO
El evangelio de hoy cuenta con una sugerente estructura:
a) vv. 26-27: una introducción, que es la presentación de los personajes y las circunstancias;
b) vv. 28-38a: una larga sección central, estructurada en tres anuncios del ángel y tres reacciones de María:
b.1) vv. 28-29: el primer anuncio, más general, y la reacción más interior de María;
b.2) vv. 30-34: el segundo anuncio, el central del ángel porque presenta quién será Jesús, y la objeción de María;
b.3) vv. 35-38a: el tercer anuncio, en el que el quién deja paso al cómo, y la respuesta final de María;
c) v. 38b: una brevísima conclusión que indica la partida del ángel.

ELEMENTOS A DESTACAR
Hay que considerar, por un lado, el conjunto del mensaje que trae el ángel del Señor y, por otro, el conjunto de la respuesta de María. En el anuncio del ángel hay una triple referencia: a María, a Jesús, a Isabel, todo adobado por la frase final: “Para Dios nada hay imposible”. El punto central es Jesús, revestido de una impresionante corona de honor y poder (notemos la acumulación de títulos). Además, ni la virginidad (de María), ni la ancianidad y esterilidad (de Isabel) son ahora obstáculo para que la vida sea generada, no hay obstáculos que impidan desarrollar la Historia de la Salvación: “Su reino no tendrá fin”.
Por otra parte, en las respuestas de María se deja indicar una evolución como signo y señal de nuestra propia experiencia creyente, que debe ir a más. Es un proceso espiritual elocuente: la recepción interior del primer anuncio (“se preguntaba”), da paso a una objeción (“¿cómo será eso?”) y, finalmente, a su completa conformidad (“hágase en mí”).
Otras insistencias del texto son también interesantes: la alegría, que en Lucas es una característica propia de la fe; la gracia, don de Dios que nos regenera y nos hace personas nuevas; el no temer, “marca de la casa” de la enseñanza de Jesús; el misterio de la Trinidad, siempre rondando nuestra cotidianeidad para darle hondura de sentido; la habitación de Dios en medio o dentro de sus criaturas; la importancia del mensajero (= ángel) como mediación de Dios. ¿Qué significan y cómo actúan en nuestra vida creyente?

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

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