Oración preparatoria
Señor Jesús, que Tu Espíritu me ensanche el corazón para entrar en Tu palabra y seguirte según Tu propuesta, no según la mía, para acertar a intuirte y encontrarte allí donde estés, me lo espere o no, sea según mis planes o sea rompiéndolos. ¡Ábrete paso en mi corazón, Señor! AMEN.
Mt 2, 13-15. 19-23
«13Cuando ellos [los Magos] se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarle’.
14Él [José] se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto 15y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera lo dicho por el Señor por medio del profeta: ‘De Egipto llamé a mi hijo’.
19Muerto Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: 20‘Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño’.
21Él se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. 22Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí. Y, avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, 23y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliera lo dicho por los profetas: ‘Será llamado Nazareo’».
¡PALABRA DEL SEÑOR!
CONTEXTO
Después del relato de la adoración de los Magos (2,1-12) continúa la narración con el evangelio de hoy (aunque falta el episodio de la ‘matanza de los inocentes’ (vv. 16-18). Con él se pone fin al conocido como “relato de la infancia” (Mt 1-2). Después de nuestro evangelio, comienza la presentación de Juan Bautista (3,1-12), Precursor inmediato del Jesús adulto dispuesto ya a su misión de anunciar el reino de Dios. Como se puede observar, las dificultades no están ausentes en la vida del niño Jesús, pero en medio de ellas va saliendo adelante el plan de salvación de Dios.
TEXTO
El texto evangélico consta de dos pequeñas unidades literarias: la huida a Egipto (vv. 13-15) y el retorno de Egipto y establecimiento en Nazaret (vv. 19-23). Como en anteriores relatos del evangelio de la infancia en Mateo, toda la acción se presenta dirigida por Dios por medio del ángel (vv. 13.19), con la colaboración obediente del ser humano, en este caso José (vv. 14.21), para cumplir el plan de salvación establecido (vv. 15.23). La sobresaliente presencia de Herodes (todavía más protagonista en los vv. ausentes 16-18) y de Arquelao, sucesor de aquél, representan la oposición real que el proyecto del reinado de Dios tiene, de la que hemos de ser conscientes, pero también su impotencia para evitar que siga adelante la salvación de Dios.
ELEMENTOS A DESTACAR
• José, una vez más, representa una vida obediente, una vida en respuesta a la voluntad de Dios, una vida activa y comprometida con dicha voluntad. Pero la insistencia en los sueños implica que dicha obediencia, respuesta, compromiso son fruto de una profunda y continuada actitud de reflexión y discernimiento. ¿Es esa actitud la que nos caracteriza como cristianos que dedican su vida a responder a lo que Dios pide o solicita? ¿En qué se manifiesta o puede manifestarse nuestra obediencia, respuesta y compromiso con la voluntad de Dios?
• Hay muchos nombres geográficos, porque nuestra geografía está habitada por Dios. Egipto rememora el éxodo que una vez tuvo que hacer el pueblo judío como expresión de la liberación y salvación de Dios. Ahora, la Sagrada Familia realiza ese viaje como un recomenzar de nuevo y de forma definitiva la etapa final de dicha historia de salvación. Nazaret es el punto final del viaje. G. Ravasi dice: “Nazaret es así un signo de la manifestación de Dios en pequeñas cosas, un signo de la palabra divina oculta en las realidades humildes de la vida diaria, un signo de la complacencia de Dios en nuestros quehaceres diarios”. La grandeza de la salvación manifestada en la humildad del lugar: ¿cómo expresar esto en el seno de nuestras familias y nuestros lugares ‘pequeños’?
Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?
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