Miren esta cuchara. Está doblada, fuera de forma. Me disgusta mucho cuando esto pasa. Si tratara de sacar mantecado (helado) con esta cuchara, sería muy difícil. La cuchara seguiría doblándose más y más y no sacaría el mantecado. Si tratara de tomar sopa con esta cuchara, muy posiblemente la sopa se me caería en la camisa. Una cuchara fuera de forma, no sirve para mucho.
Las personas también podemos salirnos de forma. La edad, una enfermedad, heridas o accidentes pueden causar que el cuerpo de una persona pierda su forma. Quizás tu conoces alguien que no puede mantener derecha su espalda cuando se pone de pie o camina. Su cuerpo ha perdido la forma, tal como esta cuchara.
A veces una persona siente coraje por algo. Muchas veces es por algo que no tiene mucha importancia. Cuando esto pasa, podemos decir que se ha salido de forma. ¿No has oído la frase “te estás saliendo de forma, contrólate”?
La lección bíblica de esta mañana trata de dos personas que estaban bien fuera de forma. La primera persona tenía su cuerpo fuera de forma. Un sábado Jesús estaba enseñando en la sinagoga. Mientras enseñaba vio a una mujer que había sido inválida por 18 años. La Biblia nos dice que estaba doblada y no podía pararse derecha.
¿Qué crees que Jesús hizo cuando vio a esta mujer? ¡Adivinaste! Él la sanó. Cuando Jesús vio a la mujer le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”. Entonces la tocó e instantáneamente ella pudo pararse derecha. La mujer comenzó a alabar y darle gracias a Dios por su sanidad.
Bueno, fue en ese momento cuando la segunda personas de nuestra historia perdió su forma. La Biblia nos dice que al líder de la sinagoga le dio mucho coraje, porque Jesús había sanada a la mujer en el sábado. “Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado”, dijo.
Jesús contestó al líder de la sinagoga: “¡Hipócritas! ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado?”
¿Ves?, Jesús siempre se preocupaba más por ayudar a las personas que por mantener las reglas. Las reglas o leyes son buenas, pero las personas son más importantes. Debiéramos recordar esto la próxima vez que comencemos a salirnos de forma al ver a alguien salirse de las reglas un poco al tratar de ayudar a alguien que está en necesidad.
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