31 julio 2019

San Ignacio de Loyola

Hoy celebra la Iglesia la fiesta del hombre más grande de los vascos. Comenzó hablando con los hombres y con Dios en euskera y heredó de su pueblo la lealtad, el sentido del honor, la parquedad en las palabras, el realismo, el esfuerzo perseverante y la fe cristiana. En su  grandeza personal y en la fe cristiana aprendió a ser hombre universal, libre de mezquindades y pasiones. Me refiero a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús.
En la corte conoció el mundo, por cuyas grandezas suspiraba, en Pamplona aprendió a servir a mejor Señor, en la cueva de Manresa habló con Dios y encontró el rumbo definitivo de su vida. Ardiendo en amor a Dios y a la Iglesia quiso peregrinar a Jerusalén, reclutó sus primeros compañeros en la Sorbona de París y fundó en Roma la Compañía de Jesús para mejor servir a la Iglesia. Su lema fue «en todo amar y servir», amar a todos y servir al rey eterno y a su Iglesia. Sus seguidores, comúnmente llamaos por el pueblo cristiano jesuitas, llevan cuatro siglos «sintiendo con la Iglesia«, como quería San Ignacio. Que desde el cielo les dispense generosa protección.

Pidamos hoy a Dios por intercesión de San Ignacio, por este vasco universal, que conceda a su tierra vascongada la visión que él tuvo del mundo.
Idéntica petición hacemos a nuestros intercesores de hoy Calimero, Demócrito, Segundo, Dionisio, Eudócimo, Fabio el Portaestandarte, Germán y Helena, Justino de Jacobis, Tertulino y los trescientos cincuenta mártires de Siria, asesinados por defender la doble naturaleza de Cristo, definida en Calcedonia.
Igualmente dirigimos nuestras súplicas a los beatos Juan Francisco Jarrige, condenado a morir de hambre durante la revolución francesa, Juan Colombino, fundador de la Orden de los Jesuatos, que quiso discípulos verdaderamente pobres y los mártires en tiempos de Isabel I de Inglaterra Everardo Hanse y José Lambton, ahorcados en Tyburn.
Los mexicanos recuerdan este día, por haber sido canonizado en su propia tierra ante una incontable muchedumbre de fieles, al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el vidente de la Virgen de Guadalupe, el 31 de julio de 2002.
Álvaro Maestro Jesús

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