03 julio 2019

¿Qué me quiere decir hoy Jesús? 7 julio

No sé si algunos de ustedes conocen a esta mujer (enseñe la foto). Su nombre es Fanny Crosby. Ella vivió hace mucho tiempo, ¡antes de que sus bisabuelos hubiesen nacido! ¡Ella tiene una historia increíble!
Fanny, al nacer, era una bebé saludable, pero cuando fue más grandecita se enfermó. Un hombre, haciéndose pasar por un doctor, trató de curarla, pero en su lugar, hizo que Fanny quedara ciega. Esto no desalentó a Fanny. A la edad de 8 años comenzó a escribir poemas. También escribió himnos, muchos de los cuales se cantan en las iglesias hoy. Ella escribió para los presidentes y fue la primera mujer en hablar ante el Senado de los Estados Unidos.
Muchos músicos famosos fueron a donde Fanny pidiendo ayuda. Le pedían que escribiera las palabras para la música que habían escrito. En una ocasión, un músico famoso pasó por su casa esa noche mientras iba hacia la estación del tren. Le pidió a ella que escribiera las palabras para una canción que iba a tocar esa noche. ¡Ella tendría 35 minutos para hacerlo! No solo lo hizo, sino que “Salvo en los tiernos brazos” llegó a ser uno de sus himnos favoritos.

Cuando las personas tienen un talento tan increíble como el de Fanny, pueden hacer muchas cosas con él. Algunos pueden darse ínfulas del talento que poseen y presumir ante otros. Otros escogen el utilizar su talento para glorificar a Dios. Eso fue lo que Fanny Crosby hizo. Ella escribió también un himno que cantamos aún en el día de hoy. Se titula “A Dios demos gloria”.
En nuestra lección bíblica de hoy, Jesús envió a sus colaboradores a contarles a otros acerca de Dios. Les dijo exactamente lo que debían hacer y los envió con todas las herramientas necesarios para que fueran exitosos. Cuando regresaron, estaban sumamente gozosos por el gran éxito tenido en la misión y le dijeron a Jesús “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre”. Jesús les contestó: “…no se alegren de que puedan someter a los espíritus, sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo”.
Necesitamos recordar que cualquier cosa que Dios pida de nosotros en orden a compartir su amor con los demás, lo haremos para la “gloria de Dios” y no para lucir bien ante otros.
Oremos. Padre celestial, ayúdanos a ser tus colaboradores, a esparcir tu amor a otros y darte las gracias y alabarte por todo lo que has hecho y harás por medio nuestro. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario