HORARIO MISAS VERANO 2024

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INSCRIPCIONES CATEQUESIS CONFIRMACIÓN Y POSCOMUNIÓN 2024-2025

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12 marzo 2019

LITURGIA DEL DOMINGO 2º DE CUARESMA “C”

17 DE MARZO DE 2019
LITURGIA DE LAS HORAS – Segunda Semana del Salterio - Cuaresma.

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Me invocará y lo escucharé, lo defenderé, lo glorificaré, lo saciaré de largos días y le haré ver mi salvación.

Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.  

SALUDO Y MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro del Génesis 15, 5‑12. 17‑18

En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo: «Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas». 
Y añadió: «Así será tu descendencia.» 
Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia. 
Después le dijo: «Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos, para darte en posesión esta tierra». 
Él replicó: «Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?» 
Respondió el Señor: «Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.» 

Él los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres y Abrán los espantaba. 
Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán, y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. 
El sol se puso, y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados. 
Aquel día el Señor concertó alianza con Abrán en estos términos: «A tu descendencia le daré esta tierra, desde el río de Egipto al gran río Éufrates.» 
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 26.
Antífona: El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? 

Escúchame, Señor, que te llamo; ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.» Tu rostro buscaré, Señor.

No me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches.

Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.  

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17—4, 1

Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. 
Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas; sólo aspiran a cosas terrenas. 
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. 
Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. 
Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos. 
PALABRA DE DIOS

ANTES DEL EVANGELIO.
Canto: Convertíos y creed en el Evangelio.
Antífona: En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: “Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.”   

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 28b‑36

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. 
De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. 
Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
Mientras éstos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí!». Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. 
No sabía lo que decía.
Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube.
Y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo.» 
Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Yo no soy nada y del polvo nací, pero Tú me amas y moriste por mí. Ante la cruz sólo puedo exclamar: Tuyo soy, tuyo soy.

Toma, mi mano, te pido, toma, mis labios te amo, toma mi vida ¡oh Padre!, tuyo soy, tuyo soy.

Cuando de rodillas te miro, oh Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez. ¿Qué puedo darte yo? Sólo mi ser. Tuyo soy, tuyo soy.  

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar; tu grande eterno amor quiero gozar.  Llena mi pobre ser, limpia mi corazón, hazme tu rostro ver, en la aflicción.

Mi pobre corazón inquieto está, por esta vida voy buscando paz.  Más sólo tú, Señor, la paz me puedes dar; cerca de Ti, Señor, yo quiero estar.

Pasos inciertos doy, el sol se va, más si contigo estoy, no temo ya. Himnos de gratitud, alegre cantaré y fiel a Ti, Señor, siempre seré.

Día feliz veré, creyendo en Ti, en que yo habitaré, cerca de Ti.  Mi voz alabará, tu santo nombre allí y mi alma gozará, cerca de Ti.

Más cerca, oh Dios de Ti; más cerca sí, cuando la cruz, Señor, me lleve a Ti.  Si tiende al sol la flor, si el agua busca el mar, a Ti, mi sólo bien, he de buscar.   

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN. 

Señor, que bien se está aquí a tu lado.

Este es nuestro Tabor en el que te transfiguras en cada Eucaristía.

Cuando estamos contigo a solas, cuando hacemos silencio, cuando nos ponemos a  tu escucha nos ocurre lo mismo que a Pedro, a Santiago y a Juan, que nos cambias del todo, sentimos que nuestra vida se transfigura porque tú nos pones en contacto con lo mejor de nosotros mismos.

Tú nos descansas del trajín cotidiano, nos impulsas a perdonar, nos reconcilias con nosotros mismos y nos acompañas a bajar de nuevo a la vida.

Nos dices que como a Ti, la cruz nos espera.  Que hemos de salir de nuestro adormecimiento y bienestar.  Que seguirte es duro, pero al final del camino, Tú nos esperas glorioso y resucitado.  Así, de esa manera, podremos con todo.

Gracias, Señor, por la fe y la esperanza que nos das.  

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.
Dios es fiel: guarda siempre su Alianza; libra al pueblo de toda esclavitud.  Su Palabra resuena en los profetas, reclamando el bien y la virtud.

Pueblo en marcha por el desierto ardiente: horizontes de paz y libertad.  Asamblea de Dios, eterna fiesta; tierra nueva perenne heredad. 

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