No me ha resultado fácil dar con la frase, la idea en la cual colgar los distintos mensajes que la liturgia quiere transmitir en este domingo. Aunque la selección sea superficial, me quedo con la sensación de que destaca la palabra “coherencia” y “congruencia”.
La directora de un periódico de prestigio con sede en Madrid, ha lanzado una pregunta s sus lectores: ¿Y tú que piensas?. La pregunta me parece interesante pero insuficiente.
“Pensando juntos, podemos hacer frente a casi todo”. Si no concretamos las acciones, nuestras aportaciones son incompletas. Aunque es muy cuesta-arriba visualizar resultados, retenemos el noventa por ciento de lo que decimos y realizamos en la vida. Temo que nos quedamos atascados sin avanzar.
Hechos. En esta época del año, en la primera quincena del mes de Febrero, se dedica un esfuerzo especial a “Manos Unidas”. Comenzó su andadura en 1959. año en el cual inició la primera Campaña contra el Hambre. Fueron las mujeres de Acción Católica Española luchando a favor de la educación y la salud las que abrieron las puertas y las que han convertido esta organización en un movimiento al que se han incorporado muchos seguidores.
¿Dónde están los Profetas? Con frecuencia se dice que la iglesia católica no reacciona ante hechos injustos, sin embargo ahí surge “Manos Unidas” (que son iglesia), la cual nos demuestra que alguien está vigilante. Al llegar a este punto echamos en falta a los profetas. Personajes enérgicos que con su espíritu más decisivo empujan para que el gesto y las acciones vayan por el mismo lado que las palabras.
La experiencia nos dice que hay quienes piensan que no hay necesidades, y si las hay, nada se puede hacer para resolverlas. Sin embargo para Jesús había y hay mucho que hacer, mucho que arreglar. Se necesitan más brazos, (más manos) dispuestos a trabajar para que éste mundo funcione adecuadamente. “La mies es mucha y los operarios pocos”.
Apunta a sus seguidores varias tareas: La primera rogar al dueño de la mies porque la marcha de ésta sociedad no depende sólo de nosotros. Dios pinta algo.
Señala algunas tareas que debemos realizar. En primer lugar, proclamar que el Reino de Dios está cerca. Con frecuencia tenemos en convencimiento de que el misionero, en vez de predicar debe dedicarse a construir casas, abrir dispensarios o a enseñar a cultivar la tierra porque es más efectivo. Sin embargo no es así.
El enseñar a ser buen creyente ayuda extraordinariamente a hacer frente a la vida también en su aspecto material. El misionero cuando evangeliza, prepara a su gente para la vida en todas sus manifestaciones, claro que después es necesario que las palabras se vean corroboradas con hechos y acciones que sirvan de complemento a la palabra. Naturalmente que nosotros no podemos resucitar muertos, como apunta el Evangelio. Pero podemos levantar al que está hundido, podemos dar vida al hambriento.
Para iniciar este cometido Jesús escogió a los doce apóstoles. Para continuarlo hoy cuenta con nosotros.
¿Se habrá equivocado?
JOSETXU CANIBE
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