DOMINGO 3º DE ADVIENTO “C” - MONICIONES Y PETICIONES

MONICIONES

Inicial.          

Nos encontramos reunidos en este tercer domingo de Adviento, para celebrar la Eucaristía, sintiendo ya muy cerca la Navidad, la llegada del Dios-Niño.

La característica de este domingo es la “alegría” y las lecturas son una invitación a estar alegres y confiados en el Señor. Estamos alegres porque el Salvador está cerca. Y como luego nos dirá el Evangelio, en esta espera, todos tenemos algo que hacer, para que el Señor nos encuentre preparados a su llegada.

Encendemos el tercer cirio de la Corona de Adviento, que va iluminando nuestro camino hacia la Navidad.

Primera Lectura.

El profeta Sofonías nos resalta la dimensión gozosa de la salvación. El Señor está en medio de su pueblo, lo ama y lo salva.

Segunda Lectura.

San Pablo, en su carta nos invita a la alegría. Una alegría que brota en nosotros cuando la paz de Dios inunda nuestro corazón.

Evangelio.

El seguir a Jesús tiene sus exigencias. El Evangelio nos va a mostrar alguna de ellas. También las repuestas de Juan tienen vigencia hoy para nosotros. Hemos de construir un mundo fraterno a nuestro lado, sin discriminaciones ni privilegios.

Puestos de pie cantamos aleluya.

                             

PETICIONES   

                                                                          

• Por la Iglesia, para que en este Adviento sepa renovarse para recibir al Señor que viene a nosotros.  ROGUEMOS AL SEÑOR
• Por los que en este mundo sufren injusticias y pobreza, para que la riqueza no quede en manos de unos pocos, sino que llegue a todos los seres humanos, como Dios quiere. ROGUEMOS AL SEÑOR
• Por los pobres, enfermos, que no tienen techo, que pasan dificultades o les falta el calor de una familia, para que sepamos descubrir en ellos a Cristo que pasa a nuestro lado.  ROGUEMOS AL SEÑOR
• Por todos los cristianos, para que nuestra preparación a la Navidad sea la conversión interior y la solidaridad con los más necesitados.  ROGUEMOS AL SEÑOR
• Por todos nosotros, para que la participación de la Eucaristía, nos ayude a estar siempre alegres en el Señor, como nos dice San Pablo.  ROGUEMOS AL SEÑOR.