17 noviembre 2018

LA META ESTA PREPARADA

Por Pedrojosé Ynaraja
1.- Y el pódium a punto. Quienes hemos recibido y aceptado la Fe, estamos situados en la “pole positiun”. Tal sería el lenguaje de Jesús si os estuviera hablando hoy a muchos de vosotros, mis queridos jóvenes lectores, respecto a lo que nos espera al final de nuestra vida temporal. Él advertiría que en la otra existencia, la que no encarcela en la celda y barrotes del espacio/tiempo, el podio no tendrá solo tres niveles y el himno no sonará en honor de uno solo, el que ocupa el primer lugar. Se observará, escuchará y vera, el cántico solemne del Santo, Santo, Santo… inmensas veces repetido y nunca monótono, ni cansino.
2.- La muerte nos aterra a veces de tal manera, que algunos se mueren de tanto miedo que tienen a morirse. Recordad que la muerte es un fenómeno que la inmensa mayoría de seres vivientes no conocen. El final de la gigantesca aglomeración de los especímenes unicelulares es la división del individuo. Seguramente estudiasteis la mitosis, meiosis, gemación, etc. de los unicelulares. Probablemente recordareis muy poco, pero algo reviviréis ahora que me estáis leyendo. Muerte y nacimiento de muchas entidades vivas, no son fenómenos reales, más bien será multiplicación o aparición subsiguiente las realidades que los perpetúan.
Como hay tanta ignorancia por una parte y desbordamiento de fenómenos apabullantes, muchos de entre aquellos que “no se mueren de miedo”, prefieren tratar de ignorarla. Su muerte y la de los demás. O camuflan el deseo de supervivencia, suyo y el de los otros, con expresiones como “siempre estarás o mi corazón o en mi memoria”. Algo así como si dijeran: ahora mismo te archivo en el disco duro de mi cerebro. Triste y pequeño valor para nuestro futuro.

3.- Me decía un sabio amigo que en América del Norte, ha desaparecido la mención de la muerte en el convivir. No se habla de ella, se supone, pero no se habla de ella. Como cuando alguien necesita satisfacer cierta función biológica, estando sumergido en una acalorada reunión o discusión. Se limita a decir: perdón, vuelvo en un momento y todos saben que ha salido para ir al WC. Nuestro universo, digamos más bien nuestra galaxia, por encuentros imprevistos con astros despistados o asteroides fugitivos, por ser fagocitados por un agujero negro, que seguramente existen, aunque seamos incapaces de observarlos ópticamente, está destinada a un destrozo total o a una extinción de su dinamismo por la simple entropía. Debemos respetar nuestro entorno físico, es un deber. Pero sin ignorar que es limitado.
4.- ¡Dios mío, en qué berenjenal os he metido! mis queridos jóvenes lectores. Y todo por quereros hablar del contenido del evangelio de la misa de hoy. Dice el texto que el Maestro advierte que después de un gran cataclismo, verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos del extremo de la tierra al extremo del cielo…. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán.
Lo importante es que estamos convocados, debemos tener el oído y la vista espiritual a mano y atentos a la llamada que en cualquier momento podemos recibir. Porque, ahora desciendo a lenguaje popular, “al freír será el reír”, o “el que ría el último, reirá mejor”. Olvidar estas verdades, como observaréis en vosotros mismos o en vuestro entorno, conduce a un deterioro personal. Poco a poco iréis desmejorando. Continuará la diversión quizá, pero desaparecerá la felicidad.
Estad atentos, de un momento a otro puede sonar el teléfono vital y recibir una llamada. No dejéis pasar la promesa de una inmejorable situación que se os anuncia. Estad preparados, rezad para que no os durmáis, y rezad también por mí y por los demás.

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