Juan y los otros once amigos de Jesús, ven a alguien hacer milagros en su nombre, y se lo prohíben. Jesús les pide que no lo detengan, y les explica que quien haga algo a favor de Él y de sus discípulos, recibirá recompensa en el Cielo. Y por el contrario, quien aleje de su fe, a los que creen en Él, recibirán un terrible castigo.
Para hacer ver, lo grave que es fallarle a Dios, Jesús les dice unas palabras que suenan muy fuertes: que más vale que se corten su mano, su pie o su ojo, si ellos los llevan a pecar, que entrar con ellos al infierno.
Claro que Jesús no nos va a pedir nada que nos haga daño. Lo que trata de decirnos es que en el Cielo nos espera una dicha tan grande, que todo lo que nos pueda impedir llegar a él, nos conviene “cortarlo” de nuestra vida, por mucho que nos guste.
Todos tenemos algo que nos encanta, pero que por lo mismo, nos puede hacer pecar de algún modo: La TV cuando no nos deja cumplir con nuestros deberes o nos da malos mensajes; la comida cuando es en exceso; los amigos, cuando nos dan mal ejemplo…
Seguir a Jesús requiere dejar cosas de nuestra vida que nos alejan de Él… por mucho que nos gusten.
¿Qué cosas me alejan de Dios y que las debo “cortar” de mi vida para acercarme más a Él?
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