31 agosto 2018

TU ERES MI LEY, SEÑOR

Mi esperanza, en los momentos de fracaso

Mi alegría, en las heridas que producen la tristeza

Mi fortaleza, cuando la debilidad asoma y se cuela

por la ventana de mi existencia

Eres mi ley, Señor;

Contigo aprendo a distinguir entre el bien y el mal

A separar la verdad de la mentira

A diferenciar la humildad de la soberbia

El pecado de la perfección

Porque, Tú eres mi ley, Señor


Te pido que nunca me olvide de Ti

Que nada ni nadie distraiga mi atención

y pueda, en la medida de mis posibilidades,

ser instrumento de tu amor y de tu gracia.

Porque, Tú eres mi ley, Señor

Te pido que me ayudes:

a cumplir con rectitud tus mandatos

a meditarlos día y noche

a llevarlos constantemente en mi pensamiento.

Pero sobre todo, Señor,

Porque tu eres mi ley,

ayúdame a que ningún otro precepto

esté por encima de Ti.

Que ley alguna suprima tu nombre

Que interesadas leyes se conviertan

en un muro que me impidan el verte

que me impidan el encontrarte.

Y si algún día ocurriera, Señor,

que la letra fuera más grande que tu presencia

ayúdame a borrar de mi memoria

todo aquello que me obstaculiza

amarte y entregarme a ti con todo el alma.

Amén

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