PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante
Hermanos, en este domingo décimo noveno durante el año, a todos nosotros se dirige esta palabra: "Levántate, come, porque todavía te queda mucho por caminar"; y ese pan con el que es alimentado Elías, recuerda el maná y es figura del verdadero Pan bajado del Cielo que es la Eucaristía
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial
Dios nos llama hoy a descubrir en su Hijo, su origen divino, lo que no fue reconocido por los mismos habitantes de su pueblo; y Él nos pide que aceptemos en la fe, que Cristo es el alimento que nos asegura la vida eterna, y quienes no aceptan esta verdad, son quienes no se dejan enseñar por Dios. Y Jesús hoy nos pide nuestra aceptación de fe, que es el comienzo de la vida divina en nosotros, y nos dice: "quien coma el Pan Vivo bajado del cielo, vivirá para siempre".
1ª. LECTURA: (1 Re 19, 4-8) (Ver texto)
En este relato muy humano del Antiguo Testamento, se nos anticipa ya el ofrecimiento de Cristo: un pan que nos da la fortaleza para proseguir el camino de Dios.
SALMO RESP.: (33, 2-9) (Ver texto)
R. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!.
2ª. LECTURA: (Ef 4, 30—5, 2 ) (Ver texto)
San Pablo nos exhorta a deshacernos de todo pecado, a despojarnos del hombre que vive en nosotros y dejarnos conducir por un nuevo Espíritu, el del amor..
EVANGELIO: (Jn 6, 41-51) (Ver texto)
Hoy Jesús nos anuncia el alimento definitivo, el alimento para la vida del mundo: su carne; y quien la coma, vivirá eternamente.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Y ahora hermanos, seguros del amor de Dios y en la certeza que él nunca deja de escuchar a quien lo invoca, salvándolo de sus angustias, oremos confiadamente, pidiéndole por su pueblo santo y por todos los hombres del mundo.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"POR CRISTO, EL PAN VIVO BAJADO DEL CIELO, ESCÚCHANOS SEÑOR"
v Padre bueno, te pedimos por la Iglesia, por el Papa Francisco, por los Obispos y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, para que repartan con fidelidad el pan de la Palabra y el pan del Cuerpo de tu Hijo, oremos...
v Padre santo, te pedimos por nuestro mundo, para que cesen definitivamente los odios, los rencores y la violencia, y los responsables políticos sigan el camino de la razón y abran nuevas posibilidades de diálogo y de acuerdo y así se alcance una auténtica y definitiva paz, oremos...
v Padre eterno, te pedimos por todos los que habitan esta nación, para que alimentados por el verdadero Pan de Vida, Él vuelva a ser el fundamento de nuestras familias y de nuestra sociedad, oremos...
v Padre misericordioso, te pedimos por todos los niños, especialmente por los más pobres, para que nunca les falte el alimento y las condiciones para desarrollarse plenamente y ser formados en los valores trascendentes que proclamó tu Hijo, oremos...
v Padre nuestro, te pedimos por todos los católicos, para que descubramos realmente la dimensión divina de Cristo, nos alimentemos constantemente con su Palabra y con su Cuerpo y confiemos sólo en su ayuda, oremos...
CELEBRANTE:
Escucha, Padre bueno, la oración de tus hijos; concédenos el que en todos los momentos de nuestra vida repongamos nuestras fuerzas con el alimento de la Palabra y el Cuerpo de tu Hijo, para poder seguirlo a Él, que es el verdadero camino. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Debemos tomar conciencia de nuestra responsabilidad de participar cada vez más consciente, activa y fructuosamente en el banquete eucarístico, por eso ahora, ofrezcamos este compromiso a Dios.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Con inmensa alegría, unamos nuestros corazones y nuestras voces en una sola, para dar gracias a Dios por darnos el Pan de Vida, el alimento que fortalece y renueva nuestro camino.
COMUNIÓN:
Nosotros creemos realmente que el Pan eucarístico es verdaderamente la carne de Cristo para la vida del mundo, por eso ahora, al recibirlo vamos a ratificar nuestra fe, con nuestro vibrante Amén.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
DESPEDIDA:
Volvemos a nuestros hogares fortalecidos por el Pan de Vida, que nos da la capacidad de vivir como auténticos discípulos, escuchando los que Dios nos dice, dejándonos enseñar humildemente por Él, y confiando plenamente en su amor que jamás nos abandona.
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