MONICIÓN DE ENTRADA
Atrás quedan las grandes fiestas de Pascua, Pentecostés y las solemnidades “fuertes” del Tiempo Ordinario como la Trinidad o Corpus Christi. Hoy el primer domingo ordinario “con número”, el Décimo. Y en él, tanto en la Primera Lectura como en el evangelio de Marcos, el demonio está presente con su capacidad de engaño y muerte. Profetiza Dios sobre la capacidad de una mujer para destruir al diablo. Nosotros reconocemos en ese símbolo a la Virgen María. Jesús es el vencedor absoluto del Maligno, Jesús es el vencedor del pecado y de la muerte y Jesús es el compañero fiel para nuestra salvación.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- El fragmento que leemos hoy del capítulo tercero del Libro del Génesis es uno de los más ricos e impresionantes del Antiguo Testamentó. Tras su pecado Adán es visitado e interrogado por Dios. Adán se escondía… Reconoce su culpa y la tentación fatal del Maligno. Dios le comunica la victoria final de la humanidad sobre el diablo al decir que “pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuanto tú la hieras en el talón”.
Salmo 129.- Este salmo 129 es uno de los siete salmos penitenciales presentes en los oficios de exequias de la Iglesia. Este es el “De Profundis”. Nos acercamos con él humildemente a demandar el perdón de Dios. Para el Antiguo Testamento es uno de los “cánticos graduales” o “canciones de las subidas”, que entonaban los israelitas en su peregrinación a Jerusalén y a su Templo.
2.- San Pablo en el fragmento que leemos hoy de la Carta a los Corintios hace una magnífica exposición del Misterio Pascual de Jesucristo, condensando el enorme misterio de la esperanza en la Resurrección de los Muertos. Asimismo, sus versos se utilizan en el rezo de la Iglesias en las exequias.
3.- San Marcos en su capítulo 3 nos ofrece los versículos proclamados hoy se refiere a los diálogos de controversias planteados contra Jesús por sus enemigos. Hoy le acusan de endemoniado y el Salvador crea una impresionante catequesis sobre el pecado contra el Espíritu Santo, que nunca será perdonado porque impide acercarse a Cristo como Salvador.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
El salmo 21 guarda gran coherencia con las otras lecturas de hoy que nos hablan de perdón y penitencia.
R.- DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
“Acudió al Señor, que lo ponga a salvo,
que lo libre, si tanto lo quiere”. R.-
Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos. R.-
Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.-
Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
tenedlo, linaje de Israel. R.-
Exhortación de despedida
Hemos completado los ritos de la Eucaristía de hoy. En medio de este mes de Junio, nos recuerda que el arrepentimiento y la penitencia son fundamentales en la vida del cristiano. Salgamos felices del templo y llenos de esperanza.
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