11 mayo 2018

Notas para fijarnos en el evangelio del Domingo de la Ascensión del Señor

• Jesús resucitado pone en acción a los discípulos (15), aquellos que ya habíanactuado con Él.
• Les ofrece hacer lo mismo que Él hizo: proclamar el Evangelio “a toda la humanidad”, “toda la creación” (15),“por todas partes” (20).
• Puede ser bueno recordar cómo empieza este Evangelio de Marcos:“Comienza el Evangelio de Jesucristo, el Mesías, Hijo de Dios” (Mc 1, 1); y, sobretodo, como empieza la misión de Jesús: anunciando la Buena Nueva de Dios. Decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios es cerca. Convertíos y creéis en la buena nueva” (Mc 1, 14-15), y poniéndose en acción Él mismo (valela pena si leemos el resto del capítulo primero, hasta el final).
• El anuncio del Reino de Dios –palabra y acción– es necesario para que nadie se quede sin la oportunidad de disfrutar de la felicidad que Dios ofrece a toda persona (16). Este es el sentido de la afirmación de Jesús sobre creer y bautizarse en oposición a no creer y condenarse.

• Jesús no condena a nadie. Él ofrece su vida de resucitado a todos, a bautizados y a no bautizados. Pero también ofrece la posibilidad de vivir, ya ahora, en este mundo, el sabor de la vida eterna en la comunidad eclesial, siguiéndole muy de cerca junto con los demás discípulos. El no-creer y la condena significan que, libremente, los hay que eligen el camino del desamor y la muerte.
• Como Jesús lo había hecho, los discípulos llevarán a término su misión, con palabras y actuando, combatiendo el mal (17-18).
• Las “señales o signos” (17) queMarcos dice que “acompañarán a los que crean” los encontramos en variaspáginas del Nuevo Testamento como característicos del ministerio de Jesús o de los Apóstoles.
• En el ministerio de Jesús, sin movernos de Mc, encontramos: Mc 1,25-26;3,11-12.22; 7,32-33; 8,25. Y en los Hechos de los Apóstoles los encontramos atribuidos a los discípulos que han recibido el Espíritu Santo: Hch 2,4-13; 3,7; 10,46;16,16-18; 28,3-6.8. De tal manera que podemos decir que aquellos que Cristo Resucitado envía manifiestan el poder que Él tenía sobre toda la Creación, el poder de amar y de pasar haciendo el bien (Hch 10,38).
• Por tanto, podemos decir también, que toda acción de los discípulos de Cristo por la justicia se convierte en signo de credibilidad del anuncio: el Reino está aquí (Mc 1,14).
• “Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios” (19): el hombre Jesús, el crucificado, es uno con el Padre: es Dios mismo que ha compartido nuestra vida y la lleva a plenitud. Siguiendo sus pasos también nosotros disfrutaremos de la vida del glorificado: en Jesús se unen la humanidad y la divinidad.
• Pese a su ausencia, Jesús es presente y acompaña el camino y la misión – palabra y acción– de los discípulos (20).La Ascensión de Jesús no supone una ausencia, un abandono del mundo. Desde el comienzo de la Iglesia, los discípulos de Jesús han tenido este convencimiento: “el Señor cooperaba y confirmaba” su palabra y acción. Esta ha sido siempre la fuerza de los mártires. Y es la fuerza de quienes se comprometen y se entregan en el servicio.

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