23 abril 2018

Domingo 29 de abril: Moniciones 1

Inicial.          

El Señor resucitado nos convoca de nuevo en este 5º domingo de Pascua, acercándonos ya al final de la cincuentena pascual.

Como los primeros apóstoles, también nosotros estamos llamados a anunciar el Evangelio con nuestra vida y a servir a nuestros hermanos más necesitados, sólo así podremos experimentar el gozo de sentirnos sarmientos vivos, que están unidos a la vid y dan fruto abundante.

Iniciamos esta celebración con alegría y reafirmando nuestra fe en Cristo resucitado, mediante la aspersión del agua, que nos recuerda nuestro bautismo.


Primera Lectura.

Pablo fue decisivo para que el Evangelio se extendiera más allá del pueblo judío. De perseguir cristianos, pasó a ser un evangelizador incansable. Escuchamos los primeros contactos que tuvo después de su conversión, con la comunidad de Jerusalén.

Segunda Lectura.

San Juan nos dirá que no podemos amar sólo con palabras, tiene que haber obras. Nuestro distintivo de cristianos ha de ser: creer en Jesucristo y amarnos como él nos amó.

Evangelio.   

Lo mismo que el sarmiento sólo puede tener vida si está unido a la vid, así los cristianos sólo podemos serlo de verdad si estamos unidos a Jesucristo, la vid verdadera.  
Puesto de pie cantamos aleluya.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario