Hace muchos siglos, cuando las noches
eran interminablemente largas
y la luz del día se resistía aparecer en el horizonte.
Cuando los hombres dejaron de darse la
mano
y de ofrecerse, los unos a los otros, como ayuda en el camino.
Hace muchos siglos, cuando las
injusticias
se desplegaron como un inmenso paraguas
sobre los más pobres y necesitados.
Cuando miles de hombres miraban hacia el
cielo
esperando respuestas que, a pie llano,
se les negaba
Hace muchos siglos se comenzó a hablar
del Nacimiento de un Niño
Un Niño que, con rostro de humano, sería
semblante de Dios
Un Niño que, al venir, cumpliría
promesas, deseos y sueños de la humanidad
Un Niño que, cuando vino, convirtió el
mundo en un remanso de paz
Un Niño que, cuando apareció, se vio el
brillo de la bondad
Un Niño que, cuando nació, vino con un
corazón rebosante de paz
Con unas manos llenas de amor
Con miradas y llantos con sabor a Dios.
Hace muchos siglos, en Belén, en el
silencio
el amor habló de una forma infinitamente
humilde:
¡Dios se hizo hombre!
El cielo se rebajo a nivel de la tierra
La humildad asomó por todos sus costados
El perdón y la paz, alcanzó a toda buena
voluntad
Pero, hoy, al igual que entonces
Dios sigue naciendo en el pesebre de
cada persona
Dios flota en las aguas del Misterio
Una VIDA NUEVA emerge vigorosa y con
sabor a cielo
Una ilusión llama a la puerta de nuestra
tristeza de nuestro desencanto
¡ES NAVIDAD!
Y, como aquella primera Navidad de hace 20 siglos,
Y, como aquella primera Navidad de hace 20 siglos,
el cielo regala abundancia de dones
lo celestial nos contagia la alegría que
el mundo nos arrebata
la Morada de Dios nos llena, con
impulsos de una humanidad nueva.
¡ES NAVIDAD!
No dejéis que corra más el tiempo:
¡Viene el Señor!
Y, cuando viene el Señor, lo hace en
silencio y sin ruido
Saldrá de unas entrañas virginales, de
Aquella que dijo “SI”
Y, crecerá, al amparo de la sabiduría y
entereza de un tal José
¡Viene el Señor! ¡Es
Navidad!
Lo grande, no tiene cabida en Belén; ahí triunfa lo pequeño
Lo grande, no tiene cabida en Belén; ahí triunfa lo pequeño
El Amor, tiene música y partitura
propia: Dios nos ama
Lo viejo pasa y comienza lo nuevo; Dios
en persona amanece
Un gran regalo se nos ofrece; una vida
estremecida y humillada
Es regalo de Dios; ofrenda para todos y
cada uno de los hombres
Entre maderas vendrá el Señor
Y, en dos maderos, se irá el Señor
En tablas viene el amor,
Crucificado entre tablas, nos vendrá la
Redención
En silencio, nacerá Dios
En silencio, se nos irá el Señor
Pero, mientras tanto, ¡Es Navidad!
Fuente inagotable de lo que nunca se
agota en Dios: el AMOR
Gracia que recompensa toda espera: EL
AMOR DE DIOS
Fuego que nunca podrá apagarse: EL AMOR
DE DIOS
Paz y amor reverberando: EL AMOR DE DIOS
Caricia de Dios al hombre: EL AMOR DE
DIOS
Beso de Dios a nuestro barro: EL AMOR DE
DIOS
Reparto de fe y de esperanza: EL AMOR DE
DIOS
Contagio de fraternidad y alegría: EL
AMOR DE DIOS
¡ES NAVIDAD! ¡DIOS BAJA A
LA TIERRA!
J. Leoz
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