Llegamos al último domingo de Adviento, tiempo de preparación para recibir a Cristo esta Navidad. Ahora es María quien en este pasaje del Evangelio nos guía al encuentro con Cristo. Cuando el ángel Gabriel le anuncia que de ella nacerá Jesús, María se sorprende y también se preocupa, pues no sabe cómo ocurrirá esto. Pero, mujer de fe y de esperanza, acepta el mandato de Dios enviado a través del ángel, y con humildad, abre su corazón diciendo: “cúmplase en mí lo que me has dicho”.
Para que María pudiera tomar esta actitud de aceptación ante el gran reto de ser la madre del Hijo de Dios tuvo que prepararse, no fue obra de la casualidad. Dios la eligió por esa gran fe que María cultivaba desde su infancia y juventud.
Tomando el ejemplo de María, cultivemos nuestra fe y nuestro amor a Dino con buenas obras, oración, lectura de su Palabra y comulgando. Analicemos en qué hemos fallado y arrepentidos, busquemos ser mejores cada día. Así, le estaremos diciendo “sí” a Dios en nuestra vida.
Una vez que dejes entrar a Dino en tu vida nada volverá a ser igual. Como le ocurrió a María: si bien tuvo que enfrentar problemas y preocupaciones, las pudo superar gracias a que Dios siempre estuvo a su lado para enfrentarlas con valor y esperanza. ¡Sigamos el ejemplo de María! Pidámosle en nuestras oraciones que interceda ante Dios para que siempre sepamos abrirle nuestro corazón.
¿Cómo voy en la preparación de mi alma para Navidad? ¿Ya me confesé? ¿Le estoy diciendo “sí” a Dios en mi vida?
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