04 noviembre 2017

Para fijarnos en el Evangelio del domingo 5 noviembre

Resultado de imagen de Mateo 23, 1-12
● Mateo presenta las enseñanzas de Jesús a lo largo de su Evangelio en cinco discursos; las palabras de hoy entran dentro del quinto discurso de Jesús.
● También estas palabras de Jesús hay que escucharlas y acogerlas con suma atención. Son una crítica dura que continúa teniendo su actualidad.
● Jesús no sólo hace milagros o dice bienaventuranzas. Como vemos hoy es sumamente crítico y por tanto duro con un grupo de personas.
● ¿Quiénes son estas personas a las que Jesús dirige su crítica?
● Son los maestros de la Ley y los fariseos. No pone en cuestión su autoridad magisterial, reconoce su autoridad.
● ¿Qué es lo que les critica?
● Su crítica hace referencia:

1º.- A que son incoherentes, dicen, enseñan buenas cosas pero no hacen lo que dicen. Su doctrina es buena pero su práctica contradice lo que enseñan, deja mucho que desear. Jesús no ataca pues las enseñanzas de los escribas y fariseos sino su incoherencia. Además ponen en las espaldas de la gente sencilla cantidad de preceptos que son como un peso que no pueden soportar. Jesús frente a esta manera de actuar les dirá “mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
Es muy válida esta reacción de Jesús; hoy también se valora ante todo los hechos, mucho más que las palabras.
2º.- Jesús critica el exhibicionismo de estas personas. Lo que hacen tiene una sola finalidad: ser vistos, buscar el reconocimiento. Se sirven de la práctica religiosa para ser reconocidos, para cosechar el aplauso de las gentes. Están animados por el deseo de aparecer como buenos, buscando afanosamente con todo ello el aplauso de las personas.
Las filacterias son pequeñas cápsulas forradas de piel, que contienen tiras de pergamino con textos de la Ley.
3º.- Jesús critica su vanidad, su búsqueda afanosa en ocupar los primeros lugares y ser llamados “maestros”… Para los seguidores de Jesús hay un solo maestro: Jesús. Y un sólo Padre, el del cielo.
Frente a este planteamiento Jesús ofrece su plan: “Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestros porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro padre, el del cielo.
No os dejéis llamar jefes, porque uno solo es vuestro Señor, Cristo.”
● Por tanto Jesús aboga por que todas las personas sean tratadas como hermanas y quiere que la preocupación de los suyos se centre en intentar ser servidores, como fue su vida.
● Por tanto la oferta de Jesús es totalmente opuesta a la que vivían los maestros de la Ley y los fariseos.
● Esta es la verdadera grandeza evangélica: “El primero entre vosotros será vuestro servidor”. Un planteamiento el de Jesús revolucionario, novedoso.

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