Oración
Señor y Hermano Jesús:
Tú dijiste que “tu Padre nos enviaría en tu nombre el Espíritu Santo y que Él nos recordaría lo que nos enseñaste y nos los explicaría todo”.
Tú conoces la pobreza y la aridez de nuestro corazón.
Te pedimos que tu Espíritu nos lo refresque, nos lo ilumine, nos haga entender tu Evangelio.
Nos lleve sobre todo a fiarnos de Ti y de tu Padre, a seguirte en fe confiada y amorosa, y a poner nuestro grano de arena para construir paz y vida en nuestro entorno.
AMEN, ASI SEA.
Mt 18, 15-20
«15Si tu hermano peca contra ti, vete a corregirlo, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. 16Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. 17Si no quiere escucharles, díselo a la iglesia; y si hasta a la Iglesia no quiere escuchar, sea para ti como el gentil y el publicano.
18En verdad os digo: todo lo que atéis en la tierra, quedará atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, quedará desatado en el cielo.
19También en verdad os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre, que está en los cielos. 20Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy en medio de ellos».
¡PALABRA DEL SEÑOR!
CONTEXTO
Damos un pequeño salto en el evangelio de Mateo y nos situamos en la segunda parte del llamado Discurso Comunitario o Eclesial, que es como la meta de los capítulos que veníamos tratando. En este discurso, Jesús enseña dos cosas fundamentales: evitar el escándalo de los hermanos más sencillos de la comunidad y la “caridad pastoral” son los temas principales de la primera parte (18,1-14); enseñar la corrección fraterna e insistir en la necesidad de perdonar son los temas principales de la segunda (18,15-35). Nos situamos, pues, al comienzo de la segunda parte, que se verá completada con el tema del perdón sugerido por Pedro y la parábola del siervo sin entrañas.
TEXTO