09 agosto 2017

¿Tiene algo de bueno la soledad?


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Luly Gómez

A veces es necesario vaciar para que Jesús tenga espacio en nosotros.

Fuente: (Aleteia)

Al ver algunas escenas del evangelio, desde el pesebre, la vida oculta, la incomprensión, la traición, la cruz, y tantas otras, resalta la humildad y paz de Jesús en medio de todo aquello.  Me hace pensar que Dios quiso hacer evidente que para tenerlo a Él en nuestras vidas, hay que desprendernos de todo; para ser como Él hace falta un poco de soledad, pues ésta nos puede llevar a mirar hacia adentro, y a encontrar lo importante: Dios verdaderamente quiere estar dentro de nosotros, y es en el interior donde cada uno podemos encontrarnos cara a cara con Él.
Le pido entonces que nazca en mi corazón, y me pregunto si hay espacio para Él.
Le digo que quiero entregarle todo y me doy cuenta lo difícil que es quedarse sin nada. ¡Vaya que es un reto dejar ir las cosas!

Reconocer nuestra debilidad en tantas circunstancias de la vida: entregar los afectos, el amor propio, la honra, las preocupaciones, las ilusiones, la salud, las limitaciones, el juicio propio, etc.
Pasa el tiempo y la vida nos va haciendo ver que verdaderamente solo en Dios encontramos el consuelo que anhelamos; que las cosas que tenemos, nuestras seguridades y aun las personas, vienen y van. Es irónico que aun así sigamos buscando ese consuelo fuera de Dios.
Es como si nunca termináramos de entender que Jesús quiere llenarnos el corazón, pero para ello debe estar vacío de lo que estorba.
En realidad, tal vez no es que no entendamos, es que el desprendimiento no es cuestión de entendimiento; Hace poco leía una frase: El hombre no se define por lo negativo sino por lo positivo; no por los amores que hace a un lado, sino por el Amor que posee.
Es cuestión de enfocar los afanes del corazón, para centrarlos en Dios. Como decía San Josemaría “Si somos almas de fe, a los sucesos de esta tierra les daremos una importancia muy relativa, como se la dieron los santos… El Señor y su Madre no nos dejan y, siempre que sea necesario, se harán presentes para llenar de paz y de seguridad el corazón de los suyos.”
Pidamos poseer a Dios en nuestras vidas, de tal forma que sepamos ver las cosas como Él las ve, querer a las personas como Jesús las quiere, y ver en nuestro caminar todas esas oportunidades de desprendimiento de uno mismo por Amor, para que siguiendo el consejo de San Juan de la Cruz “Procura que las cosas sean nada para ti, y que tú nada seas para ellas,” gocemos y podamos dar a los demás la paz que nos transmite Cristo.

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