Oración
Queremos, Señor Jesús, escucharte en tu Palabra. Y escuchándola, sintonizar con tu corazón de Hijo confiado en el Padre del cielo, aprender a orar Contigo, a esperar con paciencia activa, a amar y a perdonar sin cansarnos.
Saber una y otra vez cuánto te importa cada hombre y cada mujer, cuánto te interesa nuestra propia paz y felicidad.
Mt 14, 22-33
«22Y, enseguida, [Jesús] apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a las gentes. 23Y después de despedir a las gentes, subió al monte a solas para orar. Al atardecer, estaba allí solo.
24Mientras tanto, la barca ya se había alejado de tierra muchos estadios, sacudida por las olas, porque el viento era contrario.
25A la cuarta vigilia de la noche, vino a ellos andando sobre el mar. 26Los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se asustaron diciendo que era una fantasma y gritaron del miedo. 27Enseguida les habló Jesús diciendo: ‘¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!’.
28Pero respondiendo Pedro dijo: ‘Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti [andando] sobre las aguas’. 29Y él dijo: ‘Ven’. Y bajando de la barca, Pedro empezó a andar sobre las aguas y fue hacia Jesús; 30pero, al ver la fuerza del viento, tuvo miedo, empezó a hundirse y gritó diciendo: ‘Señor, sálvame’. 31Enseguida Jesús, extendiendo la mano, lo agarró y le dice: ‘¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?’.
32Y, al subir a la barca, amainó el viento.
33Los de la barca se postraron ante él diciendo: ‘Realmente eres Hijo de Dios’».
¡PALABRA DEL SEÑOR!
CONTEXTO
El evangelio es continuación del que leímos el domingo anterior. Toda la narración conduce al reconocimiento de Jesús como Hijo de Dios, no como “el hijo del carpintero” (13,55). Después de nuestro texto, el evangelio continúa relatando más curaciones de Jesús (14,34-36) y un nuevo desencuentro con los fariseos (15,1ss).
TEXTO