De José María Escudero
Querida amiga, querido amigo: Al comenzar un nuevo curso, ya sea escolar o catequético, Jesús de Nazaret, el Maestro, el Señor, te entrega un pequeño pero importantísimo regalo: cinco panes y dos peces. (Puedes leer el texto bíblico: Multiplicación de los panes, Jn 6,1-15).
Por favor, antes de continuar, te pido que no confundas los cinco panes y los dos peces con tu capacidad intelectual… Es algo mucho más valioso. De hecho, de lo que hagas con tus cinco panes y tus dos peces dependerá el grado de satisfacción y de felicidad que alcances a lo largo del curso… Ah, y no vale eso de “Si apenas llego al 5, si en catequesis soy el más flojo, si yo no valgo, si soy poquita cosa…” Precisamente “tu poca cosa”, si tú quieres, si lo deseas, puede convertirse en lo más grande y maravilloso para Dios… Ahora ya sí, ahora eres tú el que debes decidir… ¡Adelante con este decálogo educativo!
Yo, con mis cinco panes y mis dos peces, con mi “pequeña cosa” puedo:
- Quedármelo en exclusiva. ¡Qué necesidad tengo de compartirlo! ¿Y si se me gasta? ¿Y si alguien me lo quita?
- Ponerlo en venta. ¡Excelente idea! Podré beneficiarme y “sacar tajada” de ello.
- Regalar las sobras. Primero yo, después yo y, más tarde, si sobra algo…, entonces ya hablaremos.
4.Esconderlo. Mira, no quiero problemas. Seguro que no quedo bien con todos; mejor hago un hoyo y…
- Repartirlo entre mi gente. Sólo ellos, sólo aquellos que mejor me caen… Los demás que se busquen la vida.
- Buscar el interés. Se lo entregaré a aquellas personas que puedan devolvérmelo, y con creces.
- Obsesionarme con el aplauso. Con la palmadita en el hombro. ¡Miradme, bueno no, mejor, admiradme… qué bueno o soy, cuánto valgo, si no fuera por mí…! !
- Exponerlo. Como si se tratara de una obra de arte… ¡Se mira pero no se toca! Es patrimonio de la humanidad…, de la humanidad de mi ombligo.
- Compartirlo. Sin preguntarme constantemente: ¿Qué es esto para tanta gente? Poner los talentos que Dios me ha regalado al servicio de mis compañeros. Explotar “mi poca cosa” en favor de las personas que Dios, a lo largo de este curso, va a poner en mi camino, en mi vida.
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[Este punto, amiga amigo, te lo dejo para ti… Piensa durante unos segundos qué quieres hacer con tus cinco panes y tus dos peces… ¡Dios y tus compañeros esperan tu respuesta!]
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