De M. de Palazuelo
(Pregón educativo)
¡Atención! Profesores, catequistas, alumnos, jóvenes…, educadores y educandos. Comienza la marcha atrás; un nuevo curso, nuevas oportunidades, nuevos retos… Es tarea de todos, adultos y jóvenes, comprometerse en sacar lo mejor de sí mismos, en poner “ese granito mágico” que, sumando los de unos y los de otros, formen una auténtica comunidad educativa, una entrañable familia cristiana.
Aquí, amigas y amigos, nadie es más importante que nadie, aquí nadie es imprescindible, pero sí todos necesarios… Aquí nadie, escuchad bien, nadie puede quedarse en el banquillo de los suplentes; aquí todos jugamos de titulares… Educadores y educandos, comienza el partido. ¿Estáis preparados? ¡Adelante!
- Profesores, catequistas, animadores… ¡educadores!
Tratad a vuestros chicos como queréis que ellos os traten a vosotros. Pues si únicamente prestáis atención a aquellos que siguen vuestras clases y vuestras enseñanzas en el más absoluto y educado silencio, ¿qué merito tenéis? Y si solamente felicitáis y os congratuláis con aquellos cuyos expedientes académicos son la envidia en la clase de profesores, ¿qué merito tenéis? Y si gastáis vuestro precioso tiempo solamente con aquellos que sabéis, a ciencia cierta, que son tierra buena y darán su fruto, ¿qué merito tenéis?…También esos profesionales que únicamente esperan la nómina a fin de mes o ansían el fin de semana y las vacaciones, hacen idénticamente lo mismo.
Vosotros prestad atención a todos, en especial a los más necesitados y a los que más guerra dan. Esforzaos y alegraos con aquellos que más dificultades presentan y sembrad las mejores semillas en aquellos jóvenes, cuya porción de tierra, es bien sabido por todos, difícilmente dará fruto alguno…
- Alumnos, jóvenes… ¡Educandos!
Tratad a vuestros educadores como queréis que ellos os traten a vosotros. Pues si únicamente hacéis caso de aquellos que os caen mejor, ¿qué mérito tenéis? Y si solamente os esforzáis en aquellas materias que más os gustan y de las que salís victoriosos al final de cada trimestre, ¿qué mérito tenéis? Y si sois responsables, educados, respetuosos, creativos… al lado de ese profesor o ese catequista que continuamente está valorando vuestros progresos, ¿qué mérito tenéis? También otros chicos y chicas sin necesidad de ir al colegio o a la catequesis hacen idénticamente lo mismo…
Vosotros haced caso a todos, en especial aquellos educadores que, por una u otra razón, no simpatizáis con ellos.
Esforzaos por aprender de cada educador y de cada materia sin obsesionaros con la nota académica.
En definitiva poned lo mejor de vosotros mismos para convencer a ese educador que tenéis “un poco atravesado” de que sois tierra buena…
Educadores y educandos… Vuestra recompensa será enorme, inmensa, imposibles de evaluar con parámetros humanos… Ni la nómina a fin de mes ni el aplauso de los colegas de profesión (para los educadores) ni el gran expediente académico ni el reconocimiento de la familia y de los profesores (para los educandos) será comparable con la auténtica recompensa, hecha misericordia, en el gran Maestro de Nazaret.
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