05 mayo 2017

Notas para fijarnos en el evangelio del Domingo

● Según dicen los expertos en Palestina cada pastor tenía su rebaño. Al volver del campo el pastor llevaba sus ovejas a un recinto donde reunían las ovejas de los pastores. Pasada la noche cada pastor, entrando por la puerta, sacaba sus ovejas para llevarlas al campo. Con un silbido o con unas voces, las ovejas acudían a su pastor.
● Aquellas primeras comunidades tomaron distintas imágenes de su vida cotidiana para expresar quién era Jesús pa- ra ellos.
● En el texto vemos que se nos ofrecen dos imágenes, dos nuevas definiciones de Jesús: “Yo soy el buen pastor”, “Yo soy la puerta”, dice Jesús de sí mismo.
● Cada Evangelio, en su conjunto, trata de responder a la pregunta ¿quién es Jesús? No son respuestas teóricas, sino vivenciales, que expresan lo que Jesús era para aquellas comunidades.

● Jesús es el Buen Pastor y nosotros las ovejas. Él nos conoce personalmente, nosotros reconocemos su voz, su manera de ser. Nosotros le seguimos. Jesús, como aquellos pastores de su tiempo, nos conduce caminando delante, marcando la senda.
● La imagen de pastor evoca al Dios del Éxodo que acompaña a su pueblo por el desierto. Es Dios quien les facilita el agua y la comida y quien les conduce por medio de la nube.
● En toda esta imagen del pastor y las ovejas podemos descubrir la relación personal que se crea entre el pastor y cada una de las ovejas, entre Jesús y cada uno de nosotros. Jesús, como el pastor, nos conoce por nuestro nombre.
● Seguramente tendríamos que resaltar también la palabra “seguir” que es la que define al discípulo. Así como la expresión “conocen su voz”. Somos seguidores de Jesús y estamos llamados a familiarizarnos con su voz.
● Esta palabra “pastor” en la cultura oriental designa a los responsables de la comunidad, sea civil o religiosa.
● Podríamos pensar en algunos hechos de la vida de Jesús que muestran en concreto cómo Jesús realizó su pastoreo: Zaqueo, la parábola del padre misericordioso, la adúltera, la samaritana etc.
● Por otra parte Jesús es la puerta para acceder a Dios, para participar de la vida de Dios. Jesús es la puerta por la que Dios entra en nuestras vidas. Jesús es la puerta por la que hay que pasar. Es, por tanto, más cuestión de persona (Jesús) que de leyes, que de normas.
● Jesús como Buen Pastor entra en el aprisco por la puerta, el guarda le abre, llama a las ovejas por su nombre, ellas reconocen su voz y las saca fuera y si alguna se descarrila se le conmueven las entrañas.
● Sería bueno que nos preguntásemos:
● ¿Quién es Jesús para nosotros?
● ¿Quién es Jesús para los miembros de mi comunidad, de mi Equipo de Vida, de la Asociación a la que pertenezco?
● Depende de quien sea Jesús para nosotros, así será nuestra vida, así serán nuestros valores, nuestra meta, nuestro estilo de vida.
● Los que somos sacerdotes o tenemos alguna responsabilidad de formación, acompañamiento, etc. en la Iglesia deberíamos mirarnos en el Buen Pastor, sabiendo que Él es el Buen Pastor de todos y teniendo en cuenta que nosotros realizaremos adecuadamente nuestro ministerio en la medida en que tratemos de asemejarnos al Buen Pastor.
● Hay en la lectura una advertencia que se nos hace: “el ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago”. Alerta en ser ladrones, malos pastores que en lugar de pastorear a las ovejas se aprovechan de ellas.

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