11 mayo 2017

No perdáis la calma

Siempre nos invitas, Jesús, al sosiego,
a la serenidad, a dejar de agitarnos.
Tú tienes esa maravillosa capacidad
de calmarnos de nuestras prisas.
Nosotros corremos, vamos y venimos,
llenamos la agenda, hacemos mil planes,
nos inventamos continuas actividades…
¡Tenemos miedo! Vivimos nerviosos,
impacientes, desconfiados, preocupados.
Y tú nos dices: No estéis agitados;
fiaos de Dios y fiaos de mí.

Tú estás con nosotros, te sentimos por dentro
en el momento en que te buscamos.
Nos sales al encuentro por todos los rincones
para marcarnos el camino,
para indicarnos la manera de conseguir esa Vida
que tú eres… porque nosotros,
a veces, vivimos en un sin vivir.
Tú nos llevas de la mano porque
eres el camino, la verdad y la VIDA.
Tu salvación es un regalo para nosotros.
Nos has preparado un sitio en la casa del Padre,
donde hay muchas moradas,
como hay muchas formas distintas de estar en este mundo.

Nosotros queremos vivir a tu estilo,
en el trabajo, en la familia o en la calle,
queremos también ir preparando la morada
para todos los hermanos,
y no descansaremos hasta que todo el mundo viva bien,
hasta que la justicia reine en toda la tierra y entonces ésta será tu reino.
Tú eres nuestra única verdad, Señor, aunque gastamos
horas y horas de charla para demostrar que tenemos razón,
todo lo anterior se vuelve pequeño cuando nos ponemos en tu presencia
y sentimos que eres nuestra única verdad,
lo que da auténtico sentido a nuestra existencia,
lo que calma nuestros desasosiegos y ansiedades, deseos y sueños.
Contigo nada nos turba, nada tememos y tu confianza nos envuelve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario