Oremos a Dios, unidos a Jesús, que, en los momentos más dolorosos y comprometidos de su vida, oraba lleno de confianza a Dios.
– Jesús, en la Última cena, nos dejó como ley suprema su Mandato del Amor. Para que cada uno pongamos en nuestra vida más amor a los demás. Roguemos al Señor.
– Jesús, en la Última cena, se puso a los pies de sus discípulos. Para que nos pongamos a disposición de quien necesita algo de nosotros. Roguemos al Señor.
– Jesús, en la Última cena, nos dejó la Eucaristía. Para que nuestra fe en Él y en su presencia entre nosotros crezca y se haga más fuerte. Roguemos al Señor.
– Jesús, en la Última cena, se preparaba para el sufrimiento que le esperaba. Para que los que sufren encuentren su ayuda y nuestra compañía. Roguemos al Señor.
Oremos: Te pedimos todo esto, Dios y Padre nuestro, por medio de Jesús, que nos enseñó a confiar en Ti y que vive y reina contigo…
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