En este domingo de Ramos, en que Jesús es aclamado como Rey y Mesías, unamos nuestra oración a la oración de todo el pueblo creyente, diciendo: BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR.
– Porque vienes a nosotros como Amigo y Salvador.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR.
– Porque te acercas a nosotros paciente, compasivo, misericordioso.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR.
– Porque no te cansas de salir a nuestro encuentro ofreciéndonos tu perdón y tu paz.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR.
– Porque te hiciste hombre como nosotros para quedarte con nosotros.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR.
Oremos: Proclamamos, Señor, que Tú eres nuestro Dios y Salvador. Reina en nuestros corazones y que tu Reino de paz y de amor se extienda por todo el mundo.
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