21 enero 2017

La unión hace la fuerza

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1.- En este caso el dicho también se cumple, pero en el mensaje de las lecturas de la misa de hoy, la unión es mucho más, como veréis enseguida, mis queridos jóvenes lectores. Hay divisiones trágicas entre los cristianos. Las temió Jesús y fue una de las últimas peticiones que le dirigió al Padre, en el Cenáculo. Que sean uno, como Tu y Yo lo somos, para que el mundo sepa que me has enviado (Jn17, 2 1). Y pese a esta súplica, estamos separados.
 (La Comunidad de Taizé, de la que posiblemente hayáis oído hablar, considera el hecho de la división, como la Pasión del Cuerpo Místico de Cristo y pone su empeño en que se acorten las distancias hasta desaparecer del todo)

2.- Vosotros, mis queridos jóvenes lectores debéis tenerlo presente, pero desde vuestra singularidad e inmediatez, poco podréis hacer seguramente. Preparar el terreno sí, para que, llegado el día, pueda germinar la Fe y la Gracia, pueda celebrarse la Eucaristía unidos y la Iglesia Unida, dé fruto más abundante de salvación y felicidad.
3.- A la hora de perseguirnos, los enemigos de Cristo no hacen distinciones. Los que quieren matar cristianos no se fijan si son católicos-romanos, baptistas u ortodoxos. Lo ha recordado en más de una ocasión el Papa Francisco. En el martirio se realiza un total ecumenismo. Es bueno recordarlo estos días, en que se inicia el Octavario por la Unión de los Cristianos. Pero antes de llegar a tal extremo debemos poner por nuestra parte todo lo que podamos, para dar testimonio de nuestra común Fe en Cristo, los que la tenemos.
4.- Pero hay otras divisiones que no llegan a ser trágicas y en estas sí que podéis estar implicados. San Pablo en el fragmento que leemos en la misa de hoy, se refiere a ellas. Se trata del protagonismo de algunos líderes que ya entonces desdibujaban la figura del Maestro. Hoy en día continúan existiendo tales protagonismos, que no siempre llevan el nombre de personas, que tal vez los grupos estén reconocidos por la Iglesia, y en teoría unidos íntimamente a su tronco, pero que en la práctica, obran con exclusividad y se vanaglorian de sí mismos, olvidando que en el jardín de Dios, son múltiples las flores, pero que su encanto está en formar un conjunto matizado de color y forma, armonía y belleza en su totalidad, la de todas las plantas, incluidas en el único jardín de Dios.
5.- No están divididos los fieles y separados los movimientos, asociaciones, comunidades, caminos, prelaturas y ordinariatos, pero con frecuencia, obran, viven y trabajan ignorándose. Perdiéndose con ello mucha energía espiritual y faltando aquel testimonio que pedía Jesús que diéramos. Es una pena. Desde el Pentecostés del 98, desde la alocución del entonces Cardenal Ratzinger, la Iglesia se ha pronunciado a favor de esta unidad de ideales y de empresas. Y urge que todos vivamos en comunicación, que no es teoría, sino respeto, actuación y amistad común.
6.- Os confieso, mis queridos jóvenes lectores que uno de los momentos más felices de mi vida cristiana fue cuando en Madrid celebré aquellas “Jornadas Mundiales de la Juventud”, abiertas a todos, hasta aquellos que, evidentemente, no éramos jóvenes. A nadie se le exigía o preguntaba qué edad tenía. San Pablo no hubiera escrito el párrafo de hoy si hubiera tenido que dirigir un escrito a los asistentes. La casulla que llevé aquel día la conservo con emoción y es la que escojo para las misas más solemnes, en Navidad, Pascua o Pentecostés y otros momentos singulares.
7.- Paso ahora al texto evangélico. El contenido de la lectura se sitúa en un lugar concreto. Se le nombra y se recuerda algunos de sus atributos sociales, políticos y económicos, es Cafarnaún. Esta población no ha dejado de existir, la he visitado muchas veces y he pasado muy buenos ratos compartiendo con los amigos franciscanos que allí están y que, dicho sea de paso, y para corregir calumnias, no he visto que tuvieran en el lugar ninguna tienda, ni que exigieran pagar entrada a nadie.
8.- Ahora bien, en la actualidad, como población, es pura arqueología. Nada de controles militares, pago de tributos, tampoco es nudo de comunicaciones. Son ruinas muy bien protegidas y conservadas. Testigos mudos de tanta actividad evangelizadora. Evangelizadora del Maestro y aprendizaje de evangelización para sus discípulos. Hoy se nos refiere brevemente como empezó. No es un reportaje, solo unas notas. El Señor entra en comunicación con los que encuentra, se fija en ellos, confraterniza. Desde el principio se ve que Jesús no busca socios que paguen cuotas y aplaudan, como en cualquier club. Quiere colaboradores. Pescaban peces, duro trabajo y nunca estando seguro de tener éxito, pero no por ello abandonar el oficio, ahora les invita a iniciarse en algo semejante, pero superior. Y ellos dicen que sí, abandonan redes, empresa y familia.
9.- Algo así, mis queridos jóvenes lectores, ocurre hoy. Seguramente no os llamaréis Andrés, Santiago o Pedro, pero la llamada se dirige personalmente a cada uno. Que cada uno escoja. A esta labor interior se le llama descubrir la vocación, que no es preciso acudir a exposiciones o salones especializados en futuras carreras o profesiones, ni a manuales, es cuestión de escuchar al Maestro.
Por Pedrojosé Ynaraja

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