17 enero 2017

Domingo 22 enero: Moniciones de entrada 2

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Monición de entrada
(A)
Saludos cordiales en este día del Señor. Jesús está en medio de la Comunidad que se reúne en su nombre.. Hoy vuelve a resonar su invitación a seguirle, a vivir unidos y a luchar por los valores del Reino de Dios. La gran pasión y preocupación de Jesús fue el Reino de Dios. A ello dedicó todos sus esfuerzos.
Ambientamos la celebración con la presentación de estos símbolos:
– Cirio Pascual (Se enciende…): El pueblo “vio una luz grande”. Para nosotros la gran luz de la historia es Jesús.
– Radiocasete con cascos: Jesús sigue invitando a trabajar por el Reino, pero el ruido de la vida y muchos intereses secundarios, impiden percibir su llamada.

(B)
Seguir a Jesús produce una alegría inmensa. Además es fuente y reposo para cuando nos sentimos cansados. Cuando la gente anda persiguiendo a una persona a quien ama, en el momento de encontrarla siente un gran gozo. Eso es lo que nos debiera de suceder a cada uno, cada vez que celebramos la Eucaristía.
(C)
Cuando, en vacaciones, vamos a ciudades que no conocemos, o cuando en el cole estudiamos la geografía del mundo, nos enseñan o estudiamos los monumentos, los palacios, las catedrales, los grandes jardines o paseos… Y siempre nos dicen que eso se hizo en tiempos del rey tal o cual, o cuando mandaba no sé quién en el Ayuntamiento, o…
Vamos a poner ejemplos de nuestra ciudad…
Pero no me digáis que ese señor o esa señora se pusieron un mono de trabajo y empezaron a tallar la piedra, a hacer el cemento, a pavimentar la calle…! ¿Quién hizo todo eso, en realidad? ¿Cómo se llamaban?
Para que los “grandes hombres y mujeres” hicieran las cosas hubo miles de personas desconocidas que, con su trabajo, hicieron realidad los sueños de esos “grandes señores”…
¿Quién os parece que ha hecho “la Iglesia”? No hablamos de la iglesia en la que estamos, ni en la del pueblo, sino de la “Iglesia universal”… ¿El Papa, el obispo…?

(D)
Desgraciadamente, los que decimos ser creyentes, no estamos todos unidos, no formamos una sola Iglesia, una sola comunidad.
Dentro de la semana de oración por la unión de los cristianos, pedimos especialmente para que se pueda llegar a hacer realidad el deseo de Jesús: “Padre, que todos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”.
Que esta Eucaristía renueve y fortalezca nuestra esperanza

(E)
El Señor, Jesús, que ha nacido como Luz para orientar hacia Dios a los hombres, comienza la predicación del Reino; comienza la proclamación de su Evangelio, de la Buena Noticia.
Una de las características de la predicación del Reino es que pide la conversión a Dios.
Es necesario abrirse a Dios para que el Reino se instaure en nosotros y podamos ofrecerlo a los demás, en nuestro modo de hacer y decir.
Desde el principio de la celebración de la Eucaristía pedimos perdón de nuestros pecados aceptando la invitación del Señor a convertir nuestros corazones.

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