Amiga, amigo: Comienza un nuevo año y quiero que lo hagas de una forma novedosa, diferente, especial. Tan solo necesitas un calendario, un bolígrafo rojo y, sobre todo, la actitud de vivir cada uno de los 365 días que tienes por delante con un corazón alegre, festivo, rompedor…
¿Estás preparada/o? Pues, adelante:
Decálogo del corazón festivo
- Además de los 4 ó 5 domingos que hay cada mes, señala algún día más… ¡Qué bien, así no vas a clase! No, no se trata de eso. Consiste, más bien, en celebrar y festejar por todo lo alto tu fe, tu amistad con Jesús. Vestir tu corazón de fiesta y compartir con tus hermanos el gozo de sentirte amado por el Amigo que nunca falla. Y eso se puede hacer el domingo y el lunes y el martes y… todos los días de la semana.
- Haz lo mismo que en el punto anterior con los días que salgas de fiesta o de botellón con los amigos. Sin una gota de alcohol, sin necesidad de acudir al parque o al bar, puedes convertir cualquier día de la semana en un encuentro festivo, en el que la alegría y el buen rollo te deje una resaca feliz, placentera, apacible, sin el menor atisbo de dolor de cabeza.
- Señala los cumpleaños de tu familia, de tus amigos, de tus compañeros de clase o de catequesis. Además del regalo, el beso o el tirón de orejas…, ayuda al homenajeado a vivir un día de ilusión, de alegría, de sorpresas, de amor… ¡¿Te parece poca fiesta?!
- Además de celebrar el santo o la santa titular de tu parroquia, de tu cole o de tu localidad, hay otros muchos santos… Aquellos que desprenden tu admiración por su vida o los que, por algún motivo, tengas más devoción… Incluso aquellos que, sin aparecer en calendario alguno, son un ejemplo y un estímulo para ti (un profesor, un familiar, una catequista…).
- Existen momentos muy importantes a lo largo de un año que, además de no haber clase, significan mucho para la vida de un cristiano: Navidad, Semana Santa… Señala de rojo unos días antes para preparar debida- mente tu corazón, y unos días después, para poner en práctica todo lo vivido, celebrado y experimentado.
- Hay otros días en los que resaltamos algún aspecto para no echarlo en el olvido y para ayudarnos mutuamente a mejorar nuestro mundo (Día de la Paz, Día del Medio Ambiente, Día de la Infancia Misionera…). ¿Por qué no añadir y señalar de rojo otros días? Por ejemplo: Día de los amigos, Día de los abrazos, Día de la ayuda desinteresada…
- Seguramente el mes de julio y de agosto ya viene marcado en tu calendario o ya te has encargado tú de hacerlo… Bien, pues aunque haya clase o catequesis, puedes señalar de rojo otros periodos en el que te empeñes en dar descanso a todo aquello que dañe tu corazón (el pesimismo, la indiferencia, el egoísmo…).
- Seguramente el rojo sea lo que más predomine ahora mismo en tu calendario. Te invito a señalar, al menos, un día al mes, en el que hagas todo lo posible e imposible por celebrar el gran regalo de la vida. Que los que se crucen por tu camino se contagien de tus inmensas ganas de vivir.
- Hay dos palabras que seguramente tengas olvidadas: Gracias y perdón. Escoge algún día para recordarte que debes agradecer y pedir perdón. Tal vez en esas dos actitudes radique gran parte de la felicidad… No me digas que no es motivo suficiente para “estar de fiesta.”
- Llegamos al final. ¿Te queda todavía algún día en tu calendario que no aparezca en rojo? ¿No crees que el cristiano, el discípulo de Jesús, debe vivir todos y cada uno de los días del año de una forma dichosa, festiva, alegre…? Adelante y… ¡Feliz y festivo año 2017!
J. M. de Palazuelo
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