08 noviembre 2016

Liturgia 8 noviembre


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SIMPLEMENTE SIERVOS 
(Año II. Tit 2,1-8. 11-14; Lc 17,7-10)

Introducción :Cuando el autor del Libro de la Sabiduría ve la vida acortada por la voluntad de la gente, él entiende que el premio a la fidelidad no siempre llega durante la vida. Pero los seres humanos son imperecederos.  Dios los premiará después de la muerte. La muerte está ya vencida por la forma cómo la enfrentan los fieles; y, por tanto, por el acto libre de aceptar la muerte, los justos expresan su confianza en Dios. Ellos están en las manos de Dios.
Año II. Pablo escribe a Tito que Cristo se ha entregado a sí mismo para la Iglesia. La comunidad debería dar testimonio de esto por la forma de vida de sus miembros, cada uno según su estado en la vida.
Evangelio. Las palabras de Jesús en el evangelio de hoy parece que están dirigidas más a los fariseos y escribas, que reclamaban ser siervos de Dios, que a los apóstoles. Aquellos eran siervos autosuficientes; calculaban sus méritos por lo que habían hecho por Dios, y afirmaban su derecho a los premios del mismo Dios. Quizás los apóstoles, algunas veces, tampoco eran demasiado modestos en sus reclamaciones como compañeros de Jesús. Todos, unos y otros,  deberían poner toda su confianza en Dios y dejarlo todo en sus manos. Lo que hemos hecho por Dios no cuenta, sino  más bien lo que Él hace por nosotros en su misericordia. Estamos en sus manos.

Oración Colecta
Oh Dios, Padre misericordioso:
Tú conoces lo que hay en nuestros corazones.
Sean buenas o egoístas nuestras intenciones,
lo dejamos todo a tu juicio compasivo. 
Pero te pedimos esto:  
Confírmanos en la voluntad de servir con lealtad y amor 
a ti y a nuestros hermanos.
Por lo demás, nos ponemos en tus manos,
ya que tú eres nuestro Dios y Padre,
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones 

  • Señor, que los premios y honores vengan a nosotros como sorpresas, más que como algo que nosotros merecemos y buscamos, te rogamos: R/ Señor,  escúchanos.
  • Señor, por nosotros y por todos los bautizados, para que sigan a Cristo, nuestro perfecto servidor, y para que con él sirvamos de hecho a los demás, más que exigir que se nos sirva, te rogamos:  R/ Señor, escúchanos.
  • Para que los líderes en la Iglesia y en el mundo sirvan los intereses de sus pueblos, más que los suyos personales y propios, te rogamos:  R/ Señor, escúchanos.


Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
Con frecuencia hemos sido siervos inútiles
que no hemos hecho lo que tú esperabas de nosotros. 
Y, a pesar de ello, tú nos invitas a tu mesa eucarística
y nos sirves la mejor comida y bebida, 
tu mismo Hijo Jesucristo presente en la eucaristía.
Haznos leales y dignos de fiar 
como tu fiel Hijo y leal servidor,
Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
Sin mérito alguno de nuestra parte,
nos has llamado a ser tus hijos e hijas 
por medio de tu Hijo leal y siervo fiel Jesucristo.
Danos la humilde fortaleza
para que no consideremos este don tuyo
como un título para obtener premios y privilegios,
sino como una confianza y responsabilidad que nos das
para servirte en los hermanos
y para dar a conocer a todos tu amor. 
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: No deberíamos jactarnos ante Dios de lo que hemos hecho por él. Todo lo que pudimos hacer no fue sino don suyo. Por lo tanto, demos gracias sinceramente a Dios.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.

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