08 agosto 2016

Liturgia para el domingo 16 de agosto



14 DE AGOSTO DE 2016
Liturgia de las Horas – Cuarta Semana del Salterio

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor.

La Iglesia en marcha está, a un mundo nuevo vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la p  
   
SALUDO Y  MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de Jeremías 38,  4‑6.  8‑10

En aquellos días, los dignatarios dijeron al rey: «Hay que condenar a muerte a ese Jeremías, pues, con semejantes discursos, está desmoralizando a los soldados que quedan en la ciudad y al resto de la gente. Ese hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia.»
Respondió el rey Sedecías: «Ahí lo tenéis, en vuestras manos. Nada puedo hacer yo contra vosotros.»
Ellos se apoderaron de Jeremías y lo metieron en el aljibe de Malquías, príncipe real, en el patio de la guardia, descolgándolo con sogas. Jeremías se hundió en el lodo del fondo, pues el aljibe no tenía agua. 
Ebedmélec abandonó el palacio, fue al rey y le dijo: «Mi rey y señor, esos hombres han tratado injustamente al profeta Jeremías al arrojarlo al aljibe, donde sin duda morirá de hambre, pues no queda pan en la ciudad.» 
Entonces el rey ordenó a Ebedmélec, el cusita: «Toma tres hombres a tu mando, y sacad al profeta Jeremías del aljibe antes de que muera.» 
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 39.
Antífona: Señor, date prisa en socorrerme. 

Yo esperaba con ansia al Señor; él se inclinó y escuchó mi grito.

Me levantó de la fosa fatal, de la charca fangosa; afianzó mis pies sobre roca, y aseguró mis pasos.

Me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. Muchos, al verlo, quedaron sobrecogidos y confiaron en el Señor.

Yo soy pobre y desgraciado, pero el Señor se cuida de mí; tú eres mi auxilio y mi liberación: Dios mío, no tardes.

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta a los Hebreos 12, 1‑4

Hermanos: 
Teniendo una nube tan ingente de testigos, corramos, con constancia en la carrera que nos toca, renunciando a todo lo que nos estorba y al pecado que nos asedia, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús, quien, en lugar del gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. 
Recordad al que soportó tal oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo. 
Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado.  
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—, y yo las conozco, y ellas me siguen.

EVANGELIO. 
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 49‑53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! 
¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. 
Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra.»    
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Te vengo a ofrecer, te vengo a ofrecer, ¡oh mi Salvador!  El vino y el pan, el vino y el pan de nuestro sudor.

Te vengo a ofrecer, te vengo a ofrecer con todo mi ser, el vino y el pan la tierra y el sol y mi corazón.  El vino y el pan la tierra y el sol y mi corazón.

Yo quiero cantar, yo quiero cantar de gozo y de paz, yo quiero cantar, yo quiero cantar de felicidad.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Recitado: Haz de mí un instrumento de tu paz.

Haz de mi, Señor, un instrumento de tu paz.  Haz de mi, Señor, un instrumento de tu paz.

Donde haya odio que yo ponga el amor.  Donde haya ofensa que yo ponga el perdón.

Donde haya duda que yo ponga la fe.  Donde haya tinieblas que yo ponga la luz.

Que no busque tanto el ser consolado como el consolar.  Que no busque tanto el ser perdonado como el perdonar. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Con la fuerza de tu Cuerpo y de tu Sangre, queremos, Señor, hacer un mundo nuevo y una historia distinta, sin clases divididas, ni odios duraderos, sin animosidades, ni discordias.

Un mundo, donde nadie se vea explotado por nadie, donde los hombres se sientan próximos los unos de los otros, y todos nos podamos sentar a la misma mesa, en fraternidad.

Un mundo en el que dé gusto vivir, trabajando juntos, con espíritu de equipo, por el bien de todos.

Seguros de alcanzarlo, nos lanzamos al empeño, aún a riesgo de morir en el intento.  Ayúdanos, Señor. 

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN

BENDICIÓN Y DESPEDIDA

Canto:
Te damos gracias, Señor, de todo corazón.  Te damos gracias, Señor, cantamos para ti.

A tu nombre daremos gracias, por tu amor y tu lealtad, te llamé y me escuchaste, aumentaste el valor en mi alma. 


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