14 febrero 2016

Le hablaré al corazón



Las primeras escenas de la vida pública de Jesús se desarrollan en el desierto. Son 40 días en los cuales se ha inspirado la Iglesia para introducir la práctica de la cuaresma. Unas primeras páginas que relatan las tentaciones que experimentó Jesús y que a nosotros nos sorprenden un tanto, ya que nosotros banalizamos, ridiculizamos, no valoramos la tentación. No nos parece serio que ocupe los primeros espacios. En cambio a los evangelistas les pareció oportuno. El escritor Eugenio D´Ors sostenía que “lo que da valor a la vida son las tentaciones a las que no se ha querido ceder”. Irónicamente Oscar Wilde afirmaba: ”puedo resistir cualquier cosa, excepto la tentación”. Esta es –nada menos- que la que nos aparta, lo que nos desvía de nuestra ruta, de nuestra trayectoria, de nuestra vocación. Sucumbir, ceder a la tentación implica caer en la corrupción, en el pecado. Ahora que tantos comentarios está provocando la corrupción, no olvidemos que es hija de las tentaciones aceptadas.
La tentación se adapta a los intereses y a la sensibilidad de la persona o de las personas. Incluso a la edad. No se presenta con ropaje grosero, sino atractiva, insinuante. ¿Ejemplos?. Adán y Eva en el Paraíso “seréis como dioses”. La droga se ofrece como medio de felicidad, así como el ganar dinero. El cómo importa menos. El ciudadano dominado por el instinto sexual se olvida de la moral y se deja llevar por la inclinación erótica. El sobre abultado (destinado a sobornar) -lleno de dinero – pone en peligro la ley y hace estragos.

Jesús se retiró al desierto, donde estuvo cuarenta días sin comer y fue tentado por el diabloEn la Biblia el desierto aparece como un lugar privilegiado para comunicarse con Dios. El profeta Oseas emplea una expresión preciosa: ”la llevaré al desierto y le hablaré al corazón”. Jesús no vivió en el desierto. Pero, viviendo en medio de la gente, se retiraba frecuentemente a lugares solitarios para estar a solas con Dios, para orar, para hacer oración. Pues orar es hablar con Dios como se habla con un amigo. Necesitamos encontrarnos con nosotros mismos, con Dios, con la vida, necesitamos respondernos a dónde queremos ir.
“Plántale cara al hambre”. Hoy es la jornada principal de la campaña “Manos Unidas”. Hace años se la conocía por Campaña contra el hambre”. Me gusta más la expresión “campaña contra el hambre”. Manos Unidas suena más suave, trasporta menos agresividad, pero no sacude las conciencias. Manos Unidas se puede aplicar a casi todo, mientras que “Campaña contra el hambre” en el siglo XXI y tratándose de más de 7.000 millones de personas que sufren hambre sebera, es un puñetazo en el ojo y una sacudida en el corazón. No son caprichos es hambre que les afecta desde que nacen hasta que mueren. El lema de este año es “sembrar”. Hay que sembrar proyectos, hay que sembrar iniciativas, hay que sembrar solidaridad. Porque alimentos hay suficientes. El fallo radica en la distribución, en el reparto: unos tanto … y otros tan poco.
Comenzamos la cuaresma: un tiempo privilegiado. No es una etapa de tristeza y de sacrificio por el sacrificio, sino que es un tiempo de renovación, de crear el hombre nuevo, de búsqueda, de sentir las misericordia de Dios.
Josetxu Caribe

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