07 abril 2015

Recursos para la Pascua

JARDÍN DEL RESUCITADO (Jn 20, 15)
María Magdalena encontró a Jesús resucitado en el huerto. Pero pensaba que era el hortelano, hasta que Jesús, pronunciando su nombre, le abrió los ojos para ver el huerto iluminado con su presencia resucitada. Jesús era la vida misma viviendo de la vida de Dios y en plenitud.
Y el huerto se llenó de perfumes, de flores y colores. Pasó de “huerto” a “jardín”: “el jardín del resucitado”, que vamos a celebrar todos estos domingos de Pascua. En él irán apareciendo, domingo a domingo, las diferentes flores que brotan de la vida de Jesús resucitado y que deben brotar en la vida de quienes, viviendo de su vida, somos también resucitados.
Al hilo de La alegría del evangelio
Nuestro papa Francisco, una vez más, nos servirá para ir jalonando estos domingos con flores, aromas y colores que él mismo nos ha ido esparciendo a lo largo de su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, La alegría del evangelio. Al papa le encantan las palabras que a veces él mismo inventa, o las recrea. Al comienzo ya de su Exhortación, como enunciado del nº 24, nos propone unas cuantas: primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar… Y habría que añadir otros términos tan propios suyos como “balconear”, “empacharse”, “misericordiar”, “rosquear”, “sacar el cuero”, “tener cara de vinagre”, “salir de la cueva”… Son los bergoglismos, como dicen algunos, cargados de la fuerza expresiva de su español argentino, porteño o lunfardo.
No vamos a hacer aquí un catálogo de esos bergoglismos… Sólo elegimos algunas palabras que nos ayuden a colorear este “jardín del resucitado” y nos acerquen, en esta Pascua donde la vida renace, a entrar por los caminos de esta “nueva etapa evangelizadora” (EG 1) a la que el papa nos llama, porque sigue estando presente una firme idea: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación” (EG 27).
Elementos simbólicos para la celebración
Incluso físicamente podemos preparar un pequeño jardín, un pequeño espacio acotado en el presbiterio, tal vez con tierra, tal vez con césped artificial. El centro de ese espacio lo ocupará el cirio pascual y una fuente con agua: la luz de Cristo resucitado y la fuente del agua bautismal.
A su alrededor, cada domingo aportaremos, entre todos los fieles, empezando por quienes preparan la eucaristía, tiestos o jarrones con flores de un determinado color cada domingo. Puede ser un modo de que los miembros de la asamblea participen activamente en la celebración. Se pueden colocar en uno u otro momento, sea al final de la homilía o en el ofertorio, según la idea que cada comunidad tenga de la celebración.
Domingo a domingo
Domingo 2º
En el jardín del resucitado crece la flor de LA SIMPATÍA.
Texto de la liturgia: “eran bien vistos de todo el pueblo” Texto de la Evangelii Gaudium: nn. 268 y 269 Flores azules.
Testigo: el santo Juan XXIII
Domingo 3º
En el jardín del resucitado crece la flor de LA SABIDURÍA.
Texto de la liturgia: “les abrió el entendimiento” para que comprendieran las Escrituras.
Texto de la Evangelii Gaudium: nn. 84, 278 y 279. Flores amarillas.
Testigo: Pedro Arrupe
Domingo 4º
En el jardín del resucitado crece la flor de LA FAMILIARIDAD.
Texto de la liturgia: “yo soy el buen pastor. Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí” Texto de la Evangelii Gaudium: nn. 87 y 88
Flores violeta
Testigo: Pedro Casaldáliga
Domingo 5º
En el jardín del resucitado crece la flor de LA VITALIDAD.
La vid y los sarmientos. La savia es la que da vida: energía, fortaleza, libertad, dinamismo misionero…
Es la vitalidad recuperada de Saulo-Pablo… Evangelii Gaudium, nn. 81 y 276.
Flores rojas
Nicolás Castellanos es testimonio de vitalidad
Domingo 6º 
En el jardín del resucitado crece la flor de… LA DISPONIBILIDAD.
Dice Juan (2ª lectura): “Él nos amó primero” (1Jn 4,10)
Él “primereó”… el amor. Es la disponibilidad como prontitud para responder, para adelantarse a dar la respuesta, tomar la iniciativa, atrevimiento…
Y el evangelio: como el Padre me amó (“primereando”), como el Padre nos eligió primero (“primereando”), así tenemos que hacer nosotros: adelantarnos en el amor, adelantarnos en la res- puesta a las llamadas…
Evangelii Gaudium, n. 24.
Flores blancas
San Francisco Javier es testimonio de disponibilidad…

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