DOMINGO 11 DE ENERO DE 2014
EL BAUTISMO DEL SEÑOR
PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante
Hace unos pocos días celebrábamos la manifestación del Señor, adorado por los magos. Y hoy, como una prolongación de esa fiesta, celebramos el Bautismo del Señor, en la que resuenan estas palabras solemnes: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial
El Señor hoy nos manifiesta la investidura mesiánica de su Hijo: el Espíritu desciende sobre Jesús y es ungido por Él. Unción que hace de Jesús, el Profeta que trae la Buena Noticia de la salvación. Jesús, con su Bautismo, emprende su misión. No ha venido para ser eternamente Niño. Hoy, con su Bautismo, emprendemos este período en el cual, el Señor, irá creciendo, hablando, instruyéndonos o mostrando los signos de su identidad y de su misión: cumplir la voluntad del Padre y atraer a todos los hombres a la gloria de Dios. Es necesario que hoy renovemos no sólo nuestra fe en Jesús, sino también la gracia de nuestro propio bautismo.
1ª. LECTURA: (Is 55, 1-11) (Ver texto)
Estas palabras del Profeta nos muestra a Dios salvador que nos ofrece gratis el agua, el pan, su alianza, su palabra, que se hacen realidad en el Mesías esperado: Él es quien ilumina y libera.
SALMO RESP.: (Is 12, 2-4bcd. 5-6) (Ver texto)
R. Sacarán agua con alegría
de las fuentes de la salvación.
2ª. LECTURA: (1 Jn 5, 1-9) (Ver texto)
El Apóstol nos manifiesta que el Espíritu es el que da testimonio de Jesucristo a los hombres, expresándonos que debemos recibir y aceptar ese testimonio de Dios.
EVANGELIO: (Mc 1, 7-11 ) (Ver texto)
Escuchemos en la proclamación del santo Evangelio, que narra el bautismo de Jesús de manos de Juan el Bautista, la complacencia de Dios en su Hijo Único tras recibir el Bautismo. Aclamémoslo cantando jubilosamente el Aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Queridos hermanos, pidamos a nuestro Padre, que en las aguas bautismales ha hecho de nosotros un pueblo sacerdotal, que acoja estas oraciones que le presentamos en nombre de Jesús, su Hijo y nuestro hermano.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"DANOS TU ESPÍRITU, SEÑOR"
v Porque queremos que la Iglesia, que como Jesús, ora y hace que descienda el Espíritu sobre nosotros para que seamos hijos de Dios, sea siempre ejemplo y modelo de humilde servicio para con todos los hombres del mundo, te pedimos...
v Porque necesitamos que el Santo Padre, nuestros Obispos y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, sepan llenarnos del entusiasmo de la fe, y así el espíritu de la Navidad no se apague nunca en nosotros, te pedimos…
v Para que, frente a un mundo que ha olvidado, en parte, sus raíces cristianas, y frente a la política, las leyes o los gobiernos que rigen las naciones como si no existiera Dios, todos los pueblos de la tierra reciban el Evangelio de tu Hijo como un anuncio de liberación y de paz, te pedimos…
v Para que todos los hombres seamos cada día más conscientes de nuestra misión de aspirar a la santidad, de luchar por un mundo donde reine la justicia, y de servir a los más necesitados con los dones recibidos, te pedimos…
v Para que toda nuestra comunidad, manteniéndonos en la vida divina que nos infundió el bautismo, lo vivamos con la fe, la oración, la esperanza, el amor hacia todo el que nos necesita y la justicia en nuestro actuar y en nuestro compromiso en la construcción de un mundo mejor, te pedimos…
CELEBRANTE:
Padre bueno, que en el Jordán nos diste a conocer a tu Hijo como tu enviado para dar la vida al mundo, concédenos la gracia de crecer cada vez más en la esperanza y en el amor, para finalmente poder ser conducidos a tu Reino. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Al pedir al Padre que acepte estos dones que ahora le presentamos, pidámosle que al convertirlos en aquel mismo sacrificio con el que su Hijo nos rescató del pecado, acepte nuestro sacrificio espiritual y también nos convierta a nosotros en hombres de fe.
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
El Padre de las misericordias nos dio a su Hijo muy amado para traer al mundo la verdadera vida y nos dio su Espíritu para que sea nuestra fuerza; por eso, démosle ahora gracias.
COMUNIÓN:
Para poder escuchar siempre con fe la Palabra de Dios, para poder llamarnos verdaderamente sus hijos, para seguir siempre comprometidamente a Cristo, es que ahora lo recibimos en el alimento que nos dará esa fortaleza.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Nuestro compromiso de hoy debe ser el asumir que debemos continuar la obra que Cristo empezó, y no debemos de olvidarlo, hoy, ahora, cuando salgamos de la Iglesia, todavía, tal vez, un poco aturdidos por las fiestas navideñas, que, desde luego, ya han pasado. La calle esta abierta, sola, esperándonos. Y muchos hermanos necesitan el bien que les podamos hacer y la curación de sus enfermedades de cuerpo y Espíritu.
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