07 enero 2015

Guión Litúrgico 1. Bautismo del Señor, 11 enero

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

Tú Eres Mi Hijo Amado

Nota: Utilizamos la nueva serie completa de lecturas para el ciclo B para esta fiesta, según la nueva edición del Leccionario (1981). Pueden usarse todavía las lecturas antiguas.

Saludo (Ver Rom 6,3-4)
Hemos sido bautizados en Cristo Jesús 
y hemos muerto al pecado 
para resucitar a una nueva vida.
Que el Señor resucitado esté siempre con ustedes.

Introducción por el Celebrante
    Cuando Jesús pidió a Juan que le bautizara en el río Jordán, como a muchos otros, percibió claramente que su misión era salvar a los hombres de sus pecados.  Él no tenía pecado, pero se hizo a sí mismo uno con la gente en su debilidad. Y entonces Dios lo confirmó en su misión diciendo: "Éste es mi Hijo amado". --- Cuando nosotros recibimos el bautismo, expresamos, por medio de nuestros padres y padrinos, que habíamos llegado a ser uno con Jesús. Desde aquel día participamos con Jesús en su tarea de servir y salvar a los hombres. Si lo hacemos así, entonces Dios puede decirnos a nosotros también: "Tú eres mi hijo o hija amado/a". 

        Se recomienda hoy usar el rito 
de rociar a los fieles con agua bendita. 

Acto Penitencial (Si no se realiza el rito del agua)

Aunque hemos llegado a ser uno con Jesús en el bautismo,
no hemos vivido como él.
Busquemos ahora el perdón del Señor.
    (Pausa)
Señor Jesús, tú te entregaste de todo corazón
al Padre y a los hombres:
R/. Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo Jesús, el Padre reconoció 
cómo ibas a servirle a él y a los hombres,
cuando dijo: "Éste s mi Hijo amado"
R/. Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, tú nos unes a ti 
y nos comprometes junto contigo.
Que nosotros también oigamos del Padre:
"Ustedes son mis amados hijos e hijas".
R/.  Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, perdona nuestra aversión a servir 
y todos los demás pecados.
Y llévanos a la vida eterna.

Oración Colecta
Oremos para que el Espíritu  Santo
nos haga vivir la vida de Jesús.
    (Pausa)
Señor, Dios nuestro, siempre bondadoso:
Derrama sobre nosotros el Espíritu Santo 
que bajó a Jesús cuando se bautizó en el río Jordán
y que guió a Jesús en su vida y en su muerte.
Que ese mismo Espíritu insufle en nosotros 
libertad de todo miedo y rencor,
el fuego de su amor
y fervor en la oración.
Que él traiga armonía a nuestras comunidades
y nos guíe en nuestra misión 
de convertir a todos en hijas e hijos tuyos,
para que todos te alaben y te den gracias
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

 Primera Lectura (Is 55,1-11): ¡Acérquense al Agua y Tengan Vida!
    El profeta Isaías invita a los miembros del pueblo de Dios a vivir unidos con Él en una Alianza eterna. Que tengan sed de su palabra y hambre de Dios y de su vida.

Segunda Lectura  (1 Jn 5,1-9): Crean en Jesús, en quien hemos nacido. 
    Nosotros hemos nacido de Dios si creemos en Jesús; tres cosas testifican que Jesús es Hijo de Dios: el agua del bautismo, la sangre de la cruz, y el Espíritu de Pentecostés.

Evangelio (Mc 1,7-11): Tú Eres Mi Hijo Amado
    El profeta Isaías había anunciado al mesías como a un siervo lleno del Espíritu de Dios. Cuando Jesús se bautiza, el Padre le reconoce como su siervo e Hijo querido. El Espíritu Santo baja sobre él.

Oración de los Fieles

Unidos por nuestro único Señor Jesucristo, oremos al Padre de todos, y digámosle: R/.  Señor, por medio de tu Hijo, escúchanos.
♣    Por todos los que creen que Jesús es realmente Hijo de Dios y por todos los que le buscan, a sabiendas o sin saberlo, roguemos al Señor.
♣    Por todos los que hemos recibido el bautismo, para que vivamos como hijas e hijos amados de Dios, roguemos al Señor.
♣    Por todos los que creen en Cristo, para que estén siempre unidos en una fe, una esperanza, un amor y un solo cuerpo, roguemos al Señor.
♣    Por los que llevan una vida aparentemente sin sentido, por los que se desesperan por sus faltas y fracasos, por los que viven en soledad, roguemos al Señor.
♣    Por todas las comunidades cristianas, en especial por la nuestra, para que sepamos buscar juntos la voluntad de Dios y sacar fuerzas de esta eucaristía, roguemos al Señor.

Padre, te damos gracias porque tú eres nuestro Padre. Otórganos tu Santo Espíritu y reúnenos para alabarte y amarte, ahora y por los siglos de los siglos. 

Oración de Ofertorio
Oh Dios y Padre nuestro:
Estos dones de pan y vino 
acogerán a tu amado Hijo Jesús,
tu predilecto.
Fortalécenos con tu cuerpo y con tu sangre
y que su Santo Espíritu nos renueve 
como pueblo que vive, sin condiciones,
el mensaje de justicia y amor 
y la misma vida de tu Hijo.
Y que, de esta manera, seamos realmente
tus hijas e hijos queridos,
agraciados y preferidos, 
ahora y por los siglos de los siglos.

Introducción a la Plegaria Eucarística
Demos gracias de corazón al Padre por habernos hecho, por medio del bautismo, sus hijas e hijos queridos junto con Jesús, nuestro Señor.

Introducción al Padre Nuestro
Bautizados en el Espíritu Santo
e hijos del Padre por medio de Jesús, su Hijo amado, 
oramos con toda confianza
con la misma oración de Jesús.
R/. Padre nuestro…

Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males
y concédenos la paz en nuestros días.
Renueva en nosotros la gracia del Bautismo
y guíanos por tu Santo Espíritu, 
para que seamos fieles a nuestra misión 
de vivir la vida de Cristo en este mundo,
mientras esperamos con gozo 
la gloriosa venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/.  Tuyo es el reino…

Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo, nuestro Señor, 
el Hijo amado y preferido del Padre.
Dichosos nosotros 
invitados a participar en su banquete
y a vivir su misma vida.
R/. Señor, no soy digno…

Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro: 
Tú has abierto los cielos para nosotros 
para fortalecernos con tu Pan de Vida
y para colmarnos con el Espíritu Santo.
Renuévanos, y aléjanos de nuestras incertidumbres 
y de nuestros vanos apegos mundanos.
Envíanos a caminar sin miedo
por el camino de tu justicia y de tu paz,
para que seamos tus hijos queridos
junto con tu Hijo fiel,
Jesucristo nuestro Señor.

Bendición 
Hermanos: En el momento de su bautismo
Jesús se percató de su vocación:
Servir a Dios y a los hombres.
En nuestro bautismo 
nosotros también recibimos una vocación.
Es, a nuestra pequeña escala, 
la misma vocación de Jesús. 
Que ojalá todos y cada uno de nosotros
lleguemos a ser fieles siervos e hijos del Padre,
y humildes siervos de los hermanos que nos rodean.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

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