23 septiembre 2014

Guión Litúrgico 1. Domingo 28 septiembre

LITURGIA DEL DOMINGO 26 DEL TIEMPO ORDINARIO “A”

28 DE SEPTIEMBRE DE 2014                                   
Liturgia de las Horas – Segunda Semana del Salterio

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Pueblo de reyes, asamblea santa, Pueblo sacerdotal, Pueblo de Dios, ¡bendice a tu Señor!

Te cantamos, oh Hijo amado del Padre, te alabamos eterna Palabra salida de Dios.  Te cantamos, oh Hijo de la Virgen María, te alabamos, oh Cristo, nuestro hermano, nuestro Salvador.

SALUDO Y MONICIÓN.


ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 25-38.

Así dice el Señor: “Comentáis: ´´No es justo el proceder del Señor.``
Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida.  Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.” 
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 24.
Antífona: Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando.

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor.

El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. 

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 1-11.

Hermanos:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás.  No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, de despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Mis ovejas escuchan mi voz –dice el Señor-, y yo las conozco, y ellas me siguen.   

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 21, 28-32.

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos.  Se acercó al primero y le dijo: ´´Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.`` Él le contestó: ´´No quiero.`` Pero después recapacitó y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo.  Él le contestó: ´´Voy, señor.``  Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?”
Contestaron: “El primero.”
Jesús les dijo: “Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios.  Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron.  Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.” 
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Señor, te ofrecemos el vino y el pan, así recordamos la Cena Pascual.

Porque Tú solo eres bueno, Señor, queremos cantar.  Tus misericordias ¿quién podrá cantar?

Te ofrecemos nuestras vidas, Señor, en torno a tu altar.  Tus misericordias ¿quién podrá cantar? 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Danos un corazón, grande para amar; danos un corazón, fuerte para luchar.

Hombres nuevos creadores de la historia, constructores de nueva humanidad, hombres nuevos que viven la existencia, como riesgo de un largo caminar.

Hombres nuevos luchando en esperanza, caminantes sedientos de verdad.  Hombres nuevos sin frenos ni cadenas, hombres libres que exigen libertad.

Hombres nuevos amando sin fronteras, por encima de razas y lugar, hombres nuevos al lado de los pobres, compartiendo con ellos techo y pan.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA FAMILIA POR EL SÍNODO
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.

Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.

Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios de violencia,
de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.

Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.
A Dios den gracias los pueblos, alaben los pueblos a Dios.  A Dios den gracias los pueblos, alaben los pueblos a Dios.

Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro entre nosotros: conozca la tierra tus caminos, las naciones tu salvación. 

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