ODA AL BUEN GESTOR
SIN CORAZÓN DE CARNE
“Persona de una
empresa que participa en la administración de esta.” (2ª acepción del
diccionario de la RAE)
En
este oficio cuentan poco
los
sentimientos y la sinceridad,
es
un puesto frío en todo
donde
el hielo se congela al contacto con su silla;
el
mérito reside en el beneficio de las cosas
aunque
se represente a entidades que no deben asumirlo
por
la ética ancestral de sus principios,
su
consigna: optar por lo que más joda
a
las personas que reman
para
que el barco surque los mares
si
el balance no mejora
o
las circunstancias le tornan
su
mente de gestor aventajado.
Reflotar
hundiendo,
mejorar
en el escalafón que le sustenta,
evitar
la palabra empresa
por
“la institución” como emblema,
solo
importan los números,
prohibido
mencionar los valores e ideales,
cuando
se estrecha la mano a estos seres
uno
llega a sentir una angosta estrechez:
¿dónde
habitará su corazón de carne?,
¿sentirá
dolor o miedo a caer en el escalafón?
Buen
gestor,
entiende
que lo bueno
para
tu contabilidad
se
convierte en mal por cada víctima
que
ganas para tu “curriculum”.
(Antonio
Martínez. Pensando en los buenos gestores que triunfan a cualquier precio)
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