MONICIÓN DE ENTRADA
Recibid, hermanos y hermanas, nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía en este primer domingo del mes de agosto. Nuestro camino litúrgico continúa. Jesús nos regala la multiplicación de los panes y de los peces. Y que Él, en sí mismo es: regalo, entrega, alimento, seguridad. Es todo misericordia. ¿Cómo recibimos nosotros el amor de Dios? Pues sería, hoy, el mejor momento para tomar conciencia de cómo anidan, bondad y amor, en nuestro corazón. Hemos de ponernos en su presencia con humildad, hoy y a toda hora, para pedirle que nos haga ver nuestro egoísmo, nuestra falta de solidaridad para con los hermanos. Es tiempo de rectificar. Es tiempo de cambiar.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- La primera lectura, del capítulo 55 del Profeta Isaías nos muestra al Señor, al Dios grande, que sólo quiere que nos acerquemos a Él para recibir, sin pedirnos nada a cambio. Invita a todos, espera a todos, no quiere que nadie quede fuera; y la única condición que pone para ello es: tener hambre, tener necesidad, tener deseo de saciarse. Que Dios es gratuidad, no puede estar más claro. "Acudid también los que no tenéis dinero". Si hay dinero por medio, no es don de Dios.
S.- Este salmo 144 demuestra que la idea del Reino de Dios ya estaba entre los judíos, aunque sin definir completamente. Iba a ser Jesús de Nazaret quien definiría el Reino y anunciara su proximidad. A nosotros, hoy, la proclamación de este salmo nos sirve para afirmar la existencia de ese Reino en nosotros.
2.- Nos dice la segunda lectura, de la Carta de San Pablo a los Romanos, que no sentiremos solamente amor cuando el camino es fácil, cuando se realicen nuestros proyectos. El amor de Dios nos alcanza, y quizá más, en los momentos de soledad, en las pruebas, en las dificultades, en la enfermedad, porque el Señor experimenta el dolor con todos, porque junto a Cristo todos los dolores se convierten en Redención.
3.- El Evangelio de Mateo nos va a narrar la multiplicación prodigiosa de los panes. Muchas veces caemos en la tentación de creer en los milagros, como no están a nuestro alcance no nos afectan. Aceptamos el relato porque es maravilloso. Pero no la transcendemos a la realidad Y es verdad que sólo Dios puede hacer milagros, pero a nosotros nos corresponde poner cinco panes y dos peces. Estar atentos a lo que dice Jesús: "Dadles vosotros de comer". Es decir: “os encargo que saciéis el hambre de los demás. Levantaos de ese sillón tan cómodo y salid al encuentro de los que tienen hambre”
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Vivamos estos momentos de paz y quietud con esta oración que hoy nos presenta el Padre Leoz:
SEÑOR; ¿CÓMO LO HAGO?
Cómo multiplicarme sin riesgo
de quedar arruinado por el intento
Cómo llegar, donde los poderosos,
nunca soñaron con llegar hacerlo
Cómo compartir y repartir
lo que, en mí, sobra y no es necesario.
¡YA LO SÉ, MI SEÑOR!
Sólo, mirándote a Ti,
Sólo, siguiéndote a Ti,
Sólo, escuchándote a Ti,
encontraré la respuesta en mi camino:
Donde hay fe
Donde está Dios
Donde vive Cristo
Donde habla el Espíritu…
todo se multiplica por cien…o por mil
Exhortación de Despedida
Salgamos felices del templo. Jesús de Nazaret –su seguimiento—es la mejor receta para ser felices. Hoy Jesús nos habla de combatir el hambre. Hemos de hacerlo.
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