MONICIÓN DE ENTRADA
Recibid todos nuestra más alegre y cordial a la Eucaristía del Domingo de Pentecostés. Hoy vamos a asistir a un milagro prodigioso. Un grupo de hasta entonces atemorizados pescadores se convierte, por influjo del Espíritu Santo, en un equipo de eficaces misioneros. Pedro lanza una predicación con una fuerza inusitada, e inicia, con ella, la misión permanente de la Iglesia: llevar la Palabra de Dios hasta los confines del mundo. Con Pentecostés terminamos un largo camino que hemos recorrido juntos, y que se inició un ya un poco lejano miércoles de ceniza. Hemos vivido con emoción la Cuaresma, el Triduo Pascual, la Pascua, la Ascensión… Y estamos dispuestos a llevar la enseñanza del Espíritu vivida en esos días santos –la Palabra de Dios—hasta los confines de la tierra. Eso mismo hacen hoy muchos seglares lanzados a la evangelización en sus ambientes. La Iglesia celebra hoy el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar. Los laicos, gracias al Espíritu, tiene su importantísimo lugar dentro de la Iglesia misionera…
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- La primera lectura, sacada del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos narra la llegada del Espíritu Santo y la sorpresa que supuso para todos. Hoy deberíamos sorprendernos tanto como ellos de ese Espíritu que llega a cada uno de nosotros. Ya no estamos solos, el Espíritu de Jesús vive y actúa en cada hombre. Esto ha de movernos a llevar, sin miedo, el mensaje allí donde nos encontremos.
S.- Este salmo 103 es uno de los más extensos del salterio y es un himno jubiloso a la fuerza de Dios, por la que ha creado el mundo y todo lo que existe. Para nosotros, hoy, tiene enormes resonancias respecto al Espíritu Santo. El versículo 30 es el utilizado como verso responsarial. En el salmo está presente el aliento de Dios, su soplo creador, que es un bello sinónimo para el Espíritu.
2.- Esta responsabilidad es para todos, como dice la segunda lectura, de la Carta de Pablo a los fieles de Corinto, somos miembros de un único Cuerpo, bautizados en un mismo Espíritu y cada uno tendrá que responder de su tarea.. Pentecostés no es una cosa de ayer. Tenemos cada uno que vivir nuestro Pentecostés.
Secuencia.- La secuencia es un texto litúrgico antiquísimo. La Iglesia lo ha guardado como definición de la obra y presencia del Espíritu Santo y es pieza muy importante de esta Misa de Pentecostés. Abramos nuestra alma de par en par para escuchar este himno, uno de los más bellos de la liturgia católica.
3.- Las claves de lo que es Pentecostés las encontraremos en el Evangelio de Juan: Igual que Jesús penetra en el Cenáculo en medio de personas aterradas por el miedo, así aparece hoy Jesús en nuestro corazón. Vamos a dejarle entrar; Él nos trae el amor, la paz, la fortaleza, la luz, la compañía... Y nos ofrece para siempre el Espíritu.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Vibrante y muy bella oración del padre Javier Leoz para estos momentos de paz y quietud con los que termina nuestra Eucaristía.
CON TU ESPÍRITU SANTO, SEÑOR
Me sentiré niño, y abriéndome como un pequeño,
sabré que es mucho lo que me espera:
respirar aires de infinitud
vivir como quien nace de nuevo
caminar sabiendo que tengo un compañero a mi lado
mirar a los cielos con ojos bien abiertos
soñar… con un final de mis días en tus manos.
CON TU ESPÍRITU SANTO, SEÑOR
Hablaré, y no callaré sobre TI
Me entregaré, para nunca más cerrarme
Avanzaré, sin echar la mirada hacia atrás
Cantaré, aun a riesgo de quedar afónico
entonando que, al fondo de todo, vives y permaneces Tú.
CON TU ESPÍRITU SANTO, SEÑOR
Exhortación de despedida
Hemos recibido por donación de Jesús el Espíritu Santo. Llegó a nosotros en el momento del Bautismo. Pero también está ahora con nosotros para llevar la Palabra de Dios a nuestros ambientes y hasta los confines del Mundo si fuera necesario. Nosotros no somos muy capaces. ¡El Espíritu, sí!
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